Mateo Palazzolo, Ignacio Ulloa, Juan y Santiago de la Vega forman Trambolikos y pasan sus días encerrados en camarotes del crucero en el que se encontraban trabajando antes de la declaración del coronavirus como pandemia.
En dialogo con Infoeme, “Santi” de la Vega contó cómo pasan los días, las medidas de la empresa y aseguró “que no sabemos cuándo podremos volver a casa”.
La experiencia de la banda local comenzó mucho antes del virus, desde medidados del 2019 viajan por el mundo mostrando su arte a aquellos que elijan como vacaciones un crucero, pero este viaje fue distinto porque desde hace varias semanas se encuentran solos en el barco a la deriva en algún océano del planeta.
El viaje comenzó como cualquier otro a fines de enero y después de lograr desalojar a todos los pasajeros en distintos puertos, sólo quedan a bordo los empleados “que desde hace 10 días estamos en cuarentena, todos. Nos dieron una habitación de pasajeros con balcón, pero solos” cuenta el bajista de la banda.
“Nos llega mucha información y estamos en contacto diario con los nuestras familias y amigos, pero no sabemos cuándo podemos llegar a volver”
En compañía de Santiago, paredes de diferencia se encuentran también el baterista, el guitarrista y el cantante de Trambolikos que deberán “hacer varios días más de cuarentena, pero que las medidas cambian muy rápido”.
Sin certezas de cuándo llegarán a su hogar y habiendo estado cerca dos veces “pero no nos permitieron los pasajes”, “Santi” destaca que “nos están tratando muy bien. La comida está muy bien y no las traen 3 veces por día, estamos aguantando pero las medidas de la empresa fueron ejemplares”.
“Las medidas de prevención del barco fueron excelentes, aún desde antes del virus. Siempre se enfocaron en sanitizar los lugares eso todos los días y una vez por mes se realizaba una limpieza general a fondo del barco y ahora están desinfectando todo el día” cuenta el olavarriense.
El bajista y sus compañeros recordaron que desde la empresa trataron de dejar a los pasajeros a bordo de la manera más rápida posible pero “que en muchos casos los países ya estaban cerrados, pero nosotros pasamos de un día para el otro en dejar de tocar”.
Sin gente, sin shows y sin siquiera estar juntos, Trambolikos se enfrenta al coronavirus desde un camarote en alguna parte del mundo sin tener certezas de cuándo volverán a tierra firme.
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