Alexis Grierson
El domingo pasado, el intendente Ezequiel Galli dejó en claro, entre otras frases, que buscará la reelección el año que viene. En el medio pasó absolutamente de todo, pero uno de los datos es que algunos decidieron mostrarse como posibles adversarios en 2019.
La primera es Liliana Schwindt. El mismo día que la nota se publicaba en Infoeme, la ex diputada nacional se mostró en caminatas y recorridas por comercios y en diálogo con vecinos. Incluso, con un slogan: #CaminandoMiCiudad. ¿Será el puntapié?
Otro es Eduardo Rodríguez: el concejal ¿eseverrista? se mostró muy crítico con la postura de Galli y pidió que deje de “menospreciar” la baja de fondos en la gestión con distintas medidas del gobierno nacional: la última, el anuncio del final del Fondo Sojero. Desde su entorno señalaron que no está enfatizado en el “tema interno” sino en ponerse enfrente a Ezequiel Galli por diversas acciones de gobierno catalogadas como “ingestión”. Lo sucedido el lunes en una charla organizada por Germán Aramburu, donde se mostraron distantes (incluso físicamente) con José Eseverri es tan solo es una continuación de algo que sucede desde diciembre de 2017. Algunos lo señalan como algo definitivo.
Como todos sabemos, una de las claves en materia de elecciones es un referente fuerte a nivel nacional. Macri y Vidal con Ezequiel Galli son un claro ejemplo, Y firmes...no hay más. En el misterio de qué hará Massa, en el misterio de ¿Pichetto?, aparece otra posible candidata fuerte: Cristina Fernández de Kirchner. En la incertidumbre por la causa de los cuadernos, desde el entorno local de la ex presidenta señalan primero que será candidata a presidenta el año que viene, y que todo esto la fortalecerá (dada la “intencionalidad mediática/judicial”)...y tendrá dos potenciales nombres: Federico Aguilera o César Valicenti.
Y en concreto, tenemos otra vez una dualidad con referencia firme: Galli y Aguilera (o Valicenti). Muchos olvidaron, incluso, el resultado de las elecciones del año pasado, con Cenizo y Aguilera en los lugares principales. ¿Será una remake de 2015 o 2017? El eseverrismo aparece como “nombre” fuerte, pero no como fuerza, al menos en la comparativa de elecciones. En 2017 estuvo tercero y lejos de los lugares de referencia.
De todos modos, la búsqueda de un candidato fuerte ya comenzó. Crónicas provinciales y de medios nacionales mencionaron al ex intendente José Eseverri presente en el acto que encabezó Miguel Ángel Pichetto con aspiraciones presidenciales. ¿Será el aliado de Massa? ¿Será la referencia que necesita Eseverri?
Un factor posiblemente unificador es Germán Aramburu. En una posición “extraña” con Unidad Ciudadana, se lo vio muy cercano al eseverrismo en actividades, y también al peronismo por fuera del kirchnerismo. Sus intenciones serían estar como factor unificador...pero muchos dan por tierra este objetivo. La respuesta de Eseverri con una de las “patas” del un posible acuerdo, el kirchnerismo, es de un rotundo no. “Con Cristina es imposible” dijeron desde el entorno. ¿Habrá internas? Y la pregunta que también incomoda...¿hasta dónde llegará Aguilera? El año pasado dio un batacazo al ganarle a Guillermo Santellán.
La unión de algún modo será determinante. En la división de espacios, el único beneficiado será Ezequiel Galli, que ya lo sabe e incluso lo dijo: no habrá internas en Cambiemos para no debilitar el espacio. ¿Qué lugares ocupará la UCR en la alianza? ¿Habrá lugar para el presidente del comité local, Francisco González? Comenzó a moverse encabezando actividades en barrios de la ciudad de una manera muy fuerte.
En paralelo, no hay que olvidar un factor más que determinante: el bolsillo. Ni los intendentes, ni la gobernadora, ni el presidente lo niegan. La situación económica se está volviendo alarmante, llegar a fin de mes también, y con un horizonte preocupante. Catalogada desde “una tormenta a superar” hasta “una crisis similar a la de 2001” sea como sea la situación es compleja.
Tarifas, inflación, dólar, son variables más que complicadas y hasta casi imposibles de explicar técnicamente en pocas líneas. Pero lo que sí queda claro es que esos tres conceptos son los centrales hoy en la economía argentina. El relato de esta semana de salarios que no superan los 12 mil pesos y facturas de gas de 8 mil al mismo tiempo retrata perfectamente la complejidad del futuro. ¿Habrá un viraje hacia otro tipo de políticas que generen consumo y la reanudación del círculo de comercio interno? Parece difícil.
Finalmente, y en un tema que los medios están olvidando por completo, no se debe olvidar de la aguda situación que vive la universidad pública. Con un ejemplo cercano: la Unicen. Con cientos de jóvenes de la ciudad y la región (entre los que me incluyo) como primera generación familiar de universitarios, la crisis de la universidad propone un horizonte negro para el desarrollo e incluso el funcionamiento de las altas casas de estudios con tres sedes en Olavarría (Sociales, Ingeniería, Salud).
Su rector lo dejó en claro semanas atrás: este año finalizará “con lo justo”, y el 2019 es de “plena incertidumbre”. Si a eso le sumamos la aguda crisis del Conicet, el desprecio a los científicos argentinos y la falta de políticas públicas vinculadas al sector, es un tema que merece ganar agenda en los medios. Y una pronta solución, que cada vez gana en mayor urgencia. En este tipo de casos, los nombres y los posibles candidatos pueden esperar un minuto. Aunque la danza política ya esté en escena.