En el primer día de la vuelta a la presencialidad plena en todas las instituciones educativas de la provincia de Buenos Aires, Infoeme dialogó con el Jefe Distrital de Educación, Julio Benítez, quien sostuvo que se trata de un “avance para celebrar”.
Luego de que el pasado 24 de agosto, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, confirmara el envío de un nuevo protocolo al Consejo Federal de Educación para lograr la vuelta de la presencialidad total en los 135 distritos de la provincia.
En relación a la habilitación del nuevo protocolo, Benítez dijo que "es un avance para celebrar, porque todos queremos volver hacia lo habitual, hacia esa presencialidad total”.
"Hay que celebrarlo, porque indica que la situación va mejorando y estamos volviendo a lo que deseamos todos”, sostuvo y agregó que “si bien, no se va a dar toalmente completa en todas las instituciones del distrito, por lo menos es un avance”.
En relación a los protocolos y lo que estos implican, con las particularidades de los establecimientos educativos de Olavarría, Benítez reveló que no todos los alumnos de diferentes cursos podrán asistir dadas las dimensiones de algunas aulas y explicó cómo será el protocolo de rotación.
El protocolo actualizado para la presencialidad plena establece dos pautas fundamentales: el aforo, es decir, que para cada persona debe haber un metro cuadrado en el aula y en segunda medida la distancia de 90 centímetros entre cada estudiante.
En relación al aforo, el Jefe Distrital de Educación explicó que este miércoles “comenzó la presencialidad plena en gran parte de las instituciones de distintos niveles y modalidades pero todavía no en la totalidad del distrito”, ya que algunos salones no cuentan con las dimensiones para que todo el grupo pueda estar presente.
“En algunos casos hay que optar por la estrategia de la asistencia programada, que ocurre cuando un grupo es más grande que la capacidad del salón”, indicó y ejemplificó, “si hay un salón que, según el protocolo, puede recibir a 20 estudiantes y el grupo es de 24, los 4 restantes van a ir turnando entre la presencialidad y la virtualidad”.
La asistencia programada es una “estrategia de rotación”, que se utiliza en diferentes instituciones educativas de la ciudad, con el objetivo de que los grupos puedan comenzar a volver a reunirse en la medida que lo permite el protocolo vigente.