Alexis Grierson / @alexisdechillar
Análisis de acá, análisis de allá, le demos la vuelta que le demos, la respuesta es la misma: es la economía. Sin solucionar ese problema, no solucionaremos ninguno. Y queda claro en cada movimiento de esta semana. Incluso, de la pausa de la polarización salvo un sector radicalizado del Pro. Desde el pago a bonistas, pasando por giras y reuniones locales importantes.
Al final de cuentas, quedó una sensación rara post pago de Kicillof a los bonistas. Terminó tomando el consejo que le dio desde el inicio el Albertismo y lo que quiso hacer, salió mal. Develó, por primera vez y a dos meses de haber asumido, errores políticos y de estrategia. Pareciera, sin embargo, que ahora comienza una apuesta muy fuerte al mercado interno.
Otro tema que hay que dejar en claro es que más allá de las diferencias existentes y muy a pesar de quienes lo buscan generar, no es momento para dirimir contrapuntos internos. El mejor ejemplo es la forma de ver la política de Alberto Fernández y la de Cristina Fernández de Kirchner. Hoy es salir de la crisis. Mañana (más pasado que mañana) se verá. Pero hoy, hay que salir adelante.
El presidente Fernández, mientras tanto, sigue enfocado en el tema económico. La gira europea probablemente tuvo varios objetivos, pero el número 1 es la renegociación de la deuda, por excelencia. Gestos positivos tuvo, restará determinar si esto es así. Parece que el 2020 será el año de Alberto Fernández y Martín Guzmán. Después habrá tiempo para protagonismo de otros ministros. Pero el Ministerio de Economía es, casi casi, la Casa Rosada.
Otro eje a tener en cuenta es que, en paralelo al tema importante, Alberto Fernández llevará adelante un debate interesante con una postura clara desde el vamos: la despenalización del aborto. Desde el mismo Vaticano se intentó “ensuciar” la charla entre el Papa Francisco y el presidente argentino señalando que se pidió “por las dos vidas” pero el tema no habría sido tocado y la presentación del proyecto será realidad.
Un tema que siempre señaló que construía una grieta, pero lejos de ello: dentro de los dos sectores “polarizados” de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos hay miradas a favor y en contra. Mientras tanto, claro, la Iglesia convocó a una misa para pedir por las dos vidas. ¿Cuándo? El 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer. Nada es casual.
Una Ley necesaria para el imaginario colectivo, para aquellos que lucharon y luchan por los derechos humanos es la que también se presentará estableciendo sanciones a quienes cuestionen las cifras arrojadas oficialmente por el Estado sobre la última dictadura cívico – militar. Porque son 30 mil los desaparecidos, porque aún hay nietos que no conocen su verdadera identidad, y porque se debe terminar el negacionismo con una de las páginas más oscuras de la historia argentina.
Entre grietas y polarización
Interesante debate sobre grieta o polarización plantearon, días atrás, Tomás Aguerre y Diego Villanueva, de Ágora Consultores, en una nota publicada en el portal de la Revista Anfibia. Lo que parece grieta, lo que siempre se vendió como una “forma de vida irreconciliable” muchas veces terminó siendo polarización. ¿Dónde quedó corroborado? En las elecciones pasadas. Ahora, y saliendo del análisis de los olavarrienses, ¿dónde se aprovechó la idealización del tema grieta? También, en las elecciones.
De “Galli o La Cámpora” al “mal administrador de recursos Galli aliado con Macri y Vidal” pasamos a ponerle pausa a la polarización. Y en tiempos de crisis, es momento de acercarse.
Los puntos de la polarización se acercan en tiempos de, valga la redundancia, acercamientos políticos. Nace desde Alberto Fernández (incluso en pos de “vencer la grieta” perdió puntos en manos del ex presidente Macri, que hizo campaña fomentándola) creció en varios sectores y prendió, mucho, en una ala de Cambiemos más abierta al diálogo y menos al extremo de generar grieta, como pasó en la campaña 2019 con Macri, Vidal y el propio Galli.
El intendente se reunió con Federico Aguilera (ahora subsecretario de Minería) y el equipo para coordinar diversas medidas en pos de “mejorar la calidad de los vecinos de Olavarría”.
Primero hubo un encuentro con Aguilera e Hilario Galli (secretario de Gobierno) con el subsecretario de Transporte, Alejo Supply, para acordar temas vinculados al control de cargas y, también, el Transporte Público de la ciudad, siempre en el ojo de la mirada olavarriense.
Al otro día, se redobló la apuesta: el Intendente Ezequiel Galli volvió a reunirse con Aguilera, en este caso con Avelino Zurro, secretario de Municipios de la Nación. Siempre, bajo la mirada atenta de Hilario Galli y el diputado provincial César Valicenti, partes fundamentales de los equipos del Intendente y Aguilera respectivamente. Casi que imprescindibles en este contexto.
Hubo muy buenos humores y excelentes repercusiones. “Le queda bien la camisa celeste símil Cambiemos a Aguilera” o “Galli ya se sabe algunas estrofas de la marcha” fueron humoradas que reflejaron la buena relación que comenzó en los últimos meses y se profundizó durante la última semana.
Sano e institucional acercamiento político. Porque se sale con política, no con ataques, acusaciones o reparto de culpas. Ajustando algunos conceptos desafortunados tales como “esto es político” cuando toda discusión es política, quizás se pueda empezar a vislumbrar un buen porvenir en el rompecabezas político olavarriense. Aunque el año recién comienza.