Instalación, ataque, reparación o recambio. Y así, una y otra vez. Lo único que varía son los dos últimos pasos del ciclo, que a veces con una reconfiguración y arreglo el dispositivo puede seguir activo, no obstante no siempre se tiene esa suerte. Todo en un mismo sitio de la ciudad, las cercanías del CEC del Facundo Quiroga II, un punto neurálgico de aquel sector del casco urbano local. Así lo arrojó el análisis del mapa delictivo y por eso fue elegido para la instalación de un domo, el modelo de cámaras de seguridad que ofrece una mayor visualización panorámica, además de control a distancia.
Sin embargo, también desde ese entonces se remonta un verdadero derrotero de ataques y destrozos. El registro de diversos hechos delictivos impuso la colocación de ese dispositivo para reunir mayores elementos investigativos, además de traducirse en sí como una herramienta preventiva al registrar todos los movimientos por el sector. No obstante a partir de la reiteración en los hechos vandálicos también ubica a los responsables en materia de seguridad en una verdadera encrucijada acerca de cómo poder resguardar esos dispositivos y, con ello, los recursos municipales en seguridad.
La situación, por más lejana en el tiempo que parezca, se remonta al segundo semestre del año pasado, cuando desde el área de Seguridad se dispuso la colocación de la cámara en ese sitio, además de la multiplicación de labores preventivas en el lugar debido a un incremento en el registro de episodios. Esa situación tiene su correlato en el proyecto del nuevo mapa de patrullajes, tal cual se anticipó desde este Diario.
Lo concreto es que estaría operativa por pocas semanas, siendo instalada nuevamente a inicios de octubre. Allí la situación fue cercana al absurdo, ya que sólo resistió 17 días a los continuos ataques a piedrazos. No conformes con ello, también amenazaron a los operarios y funcionarios que dos semanas más tarde repusieron el dispositivo.
Los hechos nunca se detuvieron, algunos de ellos con más puntería que otros. Muchos de ellos lograron repararse sin la necesidad del cambio dispositivo, aunque durante distintos lapsos se perdió el monitoreo y conexión con la cámara. “Las golpean, las reparamos y reseteamos, hasta que no vuelven a funcionar”, narraron a Infoeme desde el área de Seguridad Municipal, desde donde se lamentó que “las vandalizan permanentemente”, tal cual sucedió en las últimas horas, quedando el equipamiento nuevamente fuera de servicio.