Se lo notó más tenso que nunca. Durante todas las audiencias se lo vio nervioso, pero esta vez más que todas las anteriores.
La ocasión lo ameritaba, era finalmente la última audiencia. Esa angustia e incertidumbre se prolongó hasta último momento, ya que estuvo la posibilidad de pautar una nueva audiencia para alegatos, pero eso se descartó tras un cuarto intermedio de más de una hora.
Al regreso sólo restaba saber si iba a declarar o no. Tuvo una larga conversación con su defensor, por lo que era todo interrogantes, pero el doctor Di Giulio anticipó la negativa y lo excusó que era por no estar en condiciones de poder hacerlo.
Esa respuesta, por más que no la dio él, lo aflojo mucho más. Tomó agua y su brazo denotó el nerviosismo, apenas si pudo dar un sorbo de agua.
Luego no retiró una de sus manos de su rostro, que encontró en su mentón el apoyo para lo que quedaba de jornada.
Pasaron los alegatos y llegó el momento, la doctora Cecilia Desiata le cedió la última palabra. El doctor Di Giulio se dispuso a acercarle el micrófono pero ni llegó a alcanzarlo que Sierra ya había terminado. “No puedo agregar más nada”, soltó, visiblemente conmovido.
Ese fue el cierre de la audiencia, que marcó el inicio de una nueva incertidumbre que se develará con el inicio de la tarde de este lunes.