“A nosotros nadie nos va a sacar el dolor, pero la responsabilidad y la negligencia a ellos tampoco” | Infoeme
Jueves 25 de Abril 2024 - 1:00hs
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Olavarría

“A nosotros nadie nos va a sacar el dolor, pero la responsabilidad y la negligencia a ellos tampoco”

Infoeme dialogó con María Rosa Villegas, la madre de Gastón Corn, el joven de tan sólo 22 años que murió en la tragedia del puente Sarmiento. “Intentamos día a día aprender a honrar lo sagrado de la vida”, añadió.

Gentileza María Rosa Villegas

No se los vio durante el juicio y no fue casualidad. Eligieron no venir, la herida aun no cierra, jamás se cerrará, pero tampoco quieren que se abra como aquel fatídico cierre de julio del 2012. “Es como que te lleva a ese momento y al dolor de ese hijo que no pudiste salvar”, definió.

 

“Esto es una decisión más de este país que le falta tanto por desarrollarse y hacer las cosas de verdad y en serio”, inició su conversación con Infoeme, a medida que ubicaba al ingeniero Rubén Darío Sierra como “el chivo expiatorio de este aparataje político”.

 

En ese momento de la charla intentó ubicarse en el lugar “no de madre de la persona fallecida”. “Intento”, aclaró segundos después para luego reprochar que “los tiempos de la justicia nunca van a ser los tiempo que un ser humano necesita”.

 

“Gracias a la muerte de Gastón nunca más un olavarriense va a morir apretado por un puente mal hecho”

 

 

Fueron nada más y nada menos que 6 años, inclusive todo promete que durará aún más, ya que desde la defensa seguramente se apele el fallo, según trascendió.

 

Sin embargo, María Rosa y su familia saben que la discusión en este plano no les sanará la vida y menos aún les modificará lo que sienten. “Como madre, el dolor, la ausencia, la tristeza, de no tener un hijo vivo no te la va a sacar nadie, ninguna decisión política ni de justicia”.

 

“Ninguno de los responsables de la muerte de Gastón fueron tan humanos como para acercarse en el momento del accidente y tener la empatía, el coraje y el valor de acompañarnos, de estar presentes, cuando vos te escapas de algo es porque tenés algo que ocultar”, fustigó.

 

“Nadie llamó por teléfono a darnos las condolencias, nadie de los responsables, ni el intendente ni nadie”

 

“Estoy segura que cada una de las personas responsables de esta muerte no deben poder mirarse al espejo y no sentir que de alguna manera  tienen una muerte sobre sus espaldas, eso no se lo va a sacar nadie. A nosotros nadie nos va a sacar el dolor, pero la responsabilidad y la negligencia a ellos tampoco”, continuó.

 

De esa situación desligó de plano a la comunidad local, sobre la que se deshizo en elogios. “La gente de Olavarría tiene muy buena madera”, definió mientras recordaba cómo distintos comerciantes y vecinos que conocían a su hijo cerraron sus locales para “darle la despedida final a Gastón”. Lo mismo para los compañeros de vóley y de trabajo. “Ese es el orgullo que nos queda como padres”.

 

“Es inentendible lo que habían hecho. Pero no es nuestro caso el único en Argentina que por desidia, por negligencia, por inseguridad tiene a padres que tienen que despedir a sus hijos”

 

“Nosotros intentamos aprender día a día de honrar y celebrar lo sagrado de la vida, que por irresponsabilidad de esas personas a Gastón se la quitaron. Le tocó a él, le pudo haber pasado a un colectivo de escolares entero y la tragedia pudo haber sido mucho mayor”, relató.

 

En el último apartado de la comunicación optó por tornar la conversación en otro sentido, tal cual lo intenta junto a su familia día a día. “Sino nos enfermamos y morimos de odio”, explicó.

 

Fue allí cuando eligió contar cómo es que recuerda a Gastón, con cual afirma verlo en sus sueños y con distintas señales que ve en el día a día, que inclusive afirma haber aprendido a leerlas con el correr del tiempo. “Yo no sé si muchas personas tienen la posibilidad de poder hacer el tránsito de esta vida tan felices como lo hizo él”, narró.

 

“La última comunicación con el papá, la noche anterior, había celebrado su año de novio y le dijo “papá estoy re feliz”, y así estaba. Dentro del dolor nos queda la paz que seguro el debe tener en el otro plano, así me lo hace saber cada vez que sueño con él”, completó.

 

 

Por último no quiso dejar pasar la ocasión primero para el agradecimiento y luego para una mención especial. La primera para Gustavo Spaltro, por el recuerdo de la estrella amarilla que aún hoy puede verse sobre el puente donde todo ocurrió, luego para Jael, quien era la novia de su hijo. “Fue la familia heredada que nos dejó Gastón, fue un dolor que los transitamos juntos, las dos familias”.

 

“Eran dos almas que yo estoy segura que algún día, no sé en qué vida se van a volver a encontrar, porque les quedó una vida pendiente por vivir y por disfrutar”, finalizó.

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