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José Eseverri: “Olavarría se merece un mejor gobierno”

El ex intendente municipal, a solas con Infoeme. Rompió el silencio tras mucho tiempo, y opinó de todo: Macri, Cristina, la crisis y la posición de Olavarría. Criticó al jefe comunal Ezequiel Galli: “Olavarría está siendo muy golpeada y se ve”. También apuntó al sistema de Salud con dureza y señaló que “si te enfermás no estás seguro de que en el Hospital te van a solucionar los problemas”. Pidió una alternativa política: “El próximo presidente no tiene que ser ni Macri ni Cristina”.

Alexis Grierson

@alexisdechillar

 

Tras años de no tocar el tema local, el ex intendente José Eseverri decidió hablar. Cree que es el momento de opinar, y vaya si lo hizo: apuntó contra el gobierno actual, no ve bien a Olavarría, y cree que no hay una buena gestión. Criticó a Galli en el manejo de los recursos, en Salud y en inversión de obra pública. Y recordó -mucho- su gestión. Si bien aclaró que el trabajo en una alternativa no implica una candidatura propia el próximo año...dijo mucho que dejará tela para cortar.

 

También hubo espacio para lo nacional. La falta de alternativas es la preocupación del dirigente. No quiere que ni Macri ni Cristina estén en el sillón de Rivadavia en 2019.

 

En el despacho de su estudio de abogados, mate mediante, Eseverri comenzó a hablar:

 

-Arrancamos con la pregunta de rigor: ¿cómo ve el país en este momento y este contexto tan particular?

 

-Creo que es un buen momento para analizar el gobierno. Ya pasaron 36 meses. No es un gobierno que recién empieza ni de mitad de mandato sino que ya ha consumido dos tercios de su duración. Lo único que veo, que será el legado más importante de Macri, es que será el primer presidente no peronista en más de 80 años que termine su mandato. Eso me parece un salto cualitativo para la Argentina y la democracia. Después, creo que es un gobierno que nació y perduró en la gestión en base a mentiras que fueron su promesa de campaña, en el gobierno, y me parece delicado que la democracia funcione con mentiras. Sobretodo de un gobierno que se jacta de decir la verdad, y que cuando ves las promesas de campaña, el debate del 2015, todo lo que negó que iba a hacer fue lo que terminó haciendo. Le prometieron al ciudadano y los empresarios que en algún momento decidieron invertir, y no le cumplieron nada de ello. Tiene que ver con los brotes verdes, la lluvia de inversiones, el segundo semestre que nunca llegó, las pautas inflacionarias. Todo hace que tengamos un presidente que en materia económica sea poco confiable, poco creíble.

 

-¿Valora algo del gobierno de Macri?

 

-El gran mérito de Macri fue poner sobre la mesa el tema de una corrupción intolerable, y en ese sentido se ha avanzado, en la construcción fundada en otros valores a la hora de gestionar el Estado. Aunque también veo, como denuncia Lilita Carrió, un gobierno que está haciendo un uso de la Justicia con influencias y que pareciera ser que el propio gobierno la digita para un lado y evita que otra gente vaya presa. Esto no es bueno, no es sano, no es republicano. En la causa de los cuadernos se ve en el trato de ciertos empresarios como Rocca, Mindlin y alguno más, que pasan por Tribunales sin problemas y habiendo reconocido delitos. Ojalá en el tiempo se cure.

 

-Entonces, ¿qué piensa de los “presidenciables”?

 

-Para el argentino, el año que viene, que tiene que elegir presidente, hay una coyuntura que no estamos viendo. Pero ojalá que se plantee una alternativa distinta que no sea el común de la gente: o con Cristina que se robaba todo pero llegábamos a fin de mes, o la alternativa a eso sea este modelo que dice que no hay corrupción pero que no le soluciona los problemas a los argentinos. El balance final de Macri será una economía y en lo social mucho peor a lo que heredó en 2015. Seguramente incorporará un 20% más de pobres de lo que había. Va a dejar el doble de inflación de lo que dejó Cristina en 2015, un endeudamiento inexplicable de 150 mil millones de dólares. Haber terminado en el Fondo Monetario Internacional. Ese país es mucho peor que el que heredó Macri, y no lo veo corrigiendo sus propios errores o cambiar el rumbo.

 

 

-¿Cómo ve el panorama en lo social?

 

-Lo veo con preocupación porque está puesto todo en el día a día de los argentinos. En el empresario grande, mediano y chico de Olavarría: el sistema financiero le cobra una tasa del 100% de interés o que no pueden retener los puestos de trabajo que tienen, y esto golpea en la puerta de todas las familias de Olavarría. El comerciante que cerró, que tuvo que bajar las persianas de su empresa, el empresario que está pensando en echar gente, que no puede pagar los sueldos, que tendrá enormes dificultades para pagar los aguinaldos. Y esto estaba fuera de discusión hasta 2015. Y te encontrás en los barrios la gente que está con trabajo todavía, entregando su capital personal que son las 8, 10 horas de laburo diario, y no le alcanza para pagar la luz, el gas, el alquiler. Las cosas mínimas que estaban aseguradas.

 

-Lo que mucho no se ha dicho, o no se ha analizado, es cuánto pierde Olavarría con el “ajuste” de Macri. ¿Usted le da valor, teniendo en cuenta que es ex intendente?

 

-Acá se confluyen dos cuestiones centrales, las propias decisiones del intendente, que fue cambiar la plataforma presupuestaria del Municipio, que no tiene capacidad de inversión con recursos propios. Cuando la Provincia tuvo recursos, auxilió en materia de obra pública. Ahora no hay recursos provinciales sustantivos. Tampoco hay recursos de Nación para obra pública. Y cuando intentaron hacer una obra pública con recursos municipales tuvieron que desistir de la idea en la obra del Hospital que habíamos dejado proyectada. Eso te golpea internamente, porque te baja la capacidad de inversión del Municipio, del trabajo de los olavarrienses, de las empresas que trabajaban y construían en nuestra ciudad, golpea indirectamente en una caída de los despachos de cemento, Olavarría es un polo de la construcción, junto con el campo y la Industria. En números, el Fondo de la Soja iba a significar el año que viene para Olavarría post devaluación, y con el aumento de las retenciones que aplica Macri, de 70 o 80 millones de pesos anuales. Que no lo vamos a ver. Es mucha plata eso. En el año 2015, el último de mi gestión, invertimos 150 millones de pesos en obra pública. En el mejor de los años se llegó a una cifra parecida pero con 40% de inflación. En términos reales era inferior. Hoy ni siquiera se llegará a esos valores. Razón por la cual Olavarría está siendo muy golpeada y se ve.

 

-¿Se presenta alguna alternativa política?

 

-Lo otro que ha pasado en la ciudad y que es preocupante, poniéndolo en ejemplo a los municipales, pero probablemente sea para cualquier otra actividad. Si se sigue la evolución del salario de un municipal ingresante contra la inflación que hubo, no perdieron menos que el 50%. En términos de dólares, el sueldo de un trabajador municipal a diciembre de 2015 contra el que tendrá en diciembre de 2018, ese trabajador perdió 120 mil pesos anuales. Son casi 10 mil pesos más por mes por un trabajador ingresante. Es muchísima plata. Eso es producto de este ajuste que no se ve, pero la inflación te genera y lo sentís cuando abrís la heladera, tenes que pagar los servicios. Tenemos una vida económica mucho peor que hace tres años. Y no hay en Argentina alternativas políticas para ese argentino que quiere vivir mejor. No es ni la actitud patotera de Graciela Camaño en Tucumán, ni la actitud sectaria de algunos pibes de La Cámpora en otros lados. Hay que construir otra cosa. Seguramente con nuevas figuras, que encarnen la esperanza en Argentina y puedan representar un futuro mejor.

 

-¿Cree que como se ha dicho, lo peor ya pasó?

 

-No hemos visto lo peor de la crisis. Hay una restricción monetaria que generará mayor recesión, más dificultades para los argentinos de todos los días, de los que viven la diaria, no llegan a fin de mes. Para los empresarios que tienen voluntades de mover ciudades como las nuestras y no encuentran ninguna señal positiva. Al contrario, hay presión impositiva, no acceder a créditos, esto se ve en la charla diaria que tengo con empresarios, comerciantes, con la frustración de mucha gente que abre el comercio y se transforma en portero porque no entra nadie. El año que viene el país va a pagar más servicios de la deuda externa que generó Macri, que jubilaciones. Sin deuda externa, los jubilados podrían cobrar el doble de lo que cobran ahora. No han sido errores los de Macri, para mi hubo un programa que significó concentración de riqueza, una reducción escandalosa del salario en dólares para los argentinos, que lo ubican en los peores de América Latina, un endeudamiento escandaloso, y negocios que Carrió denuncia. Esa concentración de riqueza y ese empobrecimiento lo vamos a pagar en la dinámica de nuestra ciudad por muchísimo tiempo. Yo tengo la esperanza todavía de que haya alguna alternativa de lo que vivimos. Escucho mucho desencantado con este gobierno que tampoco elige la vuelta a un programa económico como Cristina o Kicillof. Aunque reconocen que en ese momento se estaba mejor.

 

-¿Pero entonces, qué salida hay?

 

-Necesitamos un mayor diálogo. Habrá una foto entre Urtubey y Vidal que signifique mostrarle a los argentinos capacidad de diálogo para resolver los problemas. Creo que de las desilusiones que generó Macri está no haber abordado el tema educativo. De las desilusiones que ha generado Vidal, me parece que haber generado expectativas en los docentes que no les pagan. En la policía, en el servicio penitenciario, gente que se le prometió que iba a quedar equiparada con la policía metropolitana, que los docentes iban a ganar 40 mil pesos….Argentina necesita ser sincerada y gobernada con sentido común, y la búsqueda de algún nivel de unidad que no haga intolerable la vida en sociedad.

 

 

-Tiene diálogo con intendentes del conurbano, ¿cree que ahí está el punto donde mayormente se ve la crisis?

 

-Hay cosas que no difieren mucho de Olavarría. Algunas se viven por la dimensión del problema con muchísima mayor crudeza, en general te divido en Municipios industriales, y los que no lo son. Los que lo son, como el perfil de Olavarría, están absolutamente golpeados. Eso impacta en el consumo y el comercio. Ves el cierre de comercios como una foto de la Argentina de estos días que no empieza a diferenciar ciudades. Acá tarda un poco en llegar la crisis pero se ve.

 

-¿Cómo ve que ha transcurrido la gestión de Galli? ¿Cómo evalúa el rol que tuvo el eseverrismo opositor?

 

- A mi me hubiera gustado, en mis 8 años de intendente, tener una oposición como la que nosotros ejercemos. Creo que le hace bien a la ciudad. Primero porque le marca los errores al intendente. Y segundo porque tuvimos la responsabilidad de no negarle los instrumentos que el intendente necesitó. Y ojalá funcionaran las oposiciones así. A mi oponerse por oponerse no me parece que sea la forma de actuar en política. Es un gravísimo error. El intendente tiene que tener los instrumentos que cree necesarios para gobernar. El resultado de su gestión de gobierno lo verá la gente. Galli es un intendente que en términos reales más recursos ha tenido en los últimos 10 o 15 años. Y la gente ve lo que pasa en el Hospital, con la obra pública, la gente pregunta en qué se gasta la plata…eso lo evaluará el año que viene.

 

-¿Cree que usted y el actual intendente tienen formas distintas de administrar los recursos?

 

Si claro. El intendente Galli dilapidó el Impuesto a la Piedra, y nosotros lo teníamos reservado durante casi todos los años de la gestión en inversión pública. Que dinamiza el trabajo en la ciudad para empresas de la ciudad, y esto es un distintivo de nuestra gestión y que hoy no se ve. Priorizamos la Salud Pública. La gente no va al Hospital porque tiene ganas de pasear, la gente tiene problemas de Salud. Hay que ir a las 6 a las salas a pedir turno, a veces no llegás porque la cola es larga. Vas al Hospital, tampoco hay respuestas. Lo que sí ha habido, y lo ratifico, son recursos que nosotros no tuvimos para administrar. Y a su vez, dos primeros años que en función de decisiones legislativas, los intendentes contaron con muchos recursos. No está mal en materia de recaudación, la decisión es cómo se gastó la plata.

 

 

-A nivel local, ¿se puede presentar una alternativa local? ¿O dependerá de otros factores?

 

-Me parece que hay oleadas de voto nacional, y momentos donde se reflexiona lo local. El caso de 2015 es claramente un caso de oleada nacional, porque había una construcción de la necesidad del cambio. En lo local –de hecho estamos trabajando en eso, sin que esto signifique una candidatura en términos personales para mí- creo que hay una vocación de muchos sectores que no tienen coincidencias de miradas nacionales pero sí que Olavarría se merece un mejor gobierno. Que ordene las cuentas, que ordene la gestión, que vuelva a poner en valor ciertas cosas que tuvieron en el pasado mucha significación como la salud y la obra pública. Que den un horizonte a los empresarios, que pueda prometer y cumplir futuro, y no que sean promesas vacías de campaña. Olavarría merece otro destino como ciudad. Hay posibilidades para eso.

 

-¿La dirigencia política local está sostenida por lo nacional? Galli tuvo la visita del Presidente, Federico Aguilera se sostiene con Cristina Fernández de Kirchner como indiscutible líder política...

 

-Si, porque rinde electoralmente. Está claro y ese es el camino que tienen. Ahora, la ciudad ha demostrado que no necesariamente estar atado a un proyecto nacional te mejora las condiciones de vida de la ciudad, ni la calidad de la gestión municipal. Y la gente lo está viendo. Pasó en otros momentos…mirá, mi viejo (Helios Eseverri) pierde en 1987 en una oleada nacional del peronismo y vuelve en 1991 a pesar de que el peronismo seguía siendo gobierno. Esto puede pasar, pasó hasta en otros Municipios. Olavarría tiene tradición de buenos gobiernos, austeros, ordenados, que sostuvieron valores y seguridades para la ciudad. Hoy si te enfermás no estás seguro de que en el Hospital te van a solucionar los problemas. Más allá de los esfuerzos de médicos y del personal técnico, enfermeros, que viven con angustia la falta de insumos, de organización y demás. Y esto lo escuchás. Van a salir a desmentirlo, como siempre…pero la realidad es la que te cuentan los vecinos que van al Hospital.

 

-¿Cree que lo que pueda suceder con Cristina judicialmente puede condicionar completamente la elección? Entendiendo que probablemente sea candidata.

 

-El gobierno necesita una Cristina candidata. Le pone un techo al peronismo, le garantiza el triunfo a Macri. Si Cristina acepta una cuarta derrota…es su decisión. De llevar al peronismo nuevamente a una derrota y generar una falta de alternativa para el país. Cristina no tiene ninguna chance de volver a seducir a argentinos que desencantó. El próximo presidente no tiene que ser ni Macri ni Cristina. Porque el país necesita un presidente o presidenta que le genere esperanza. Sin esperanza no hay inversiones, no le cambian la vida al comerciante, al industrial que se está fundiendo, al camionero que se queda sin trabajo, al vecino que no llega a fin de mes. Lo que pasó en el final del gobierno de Cristina, encerrada en el patio de las palmeras (Casa Rosada) aplaudida solamente por los pibes de La Cámpora, o lo que pasa hoy con Macri, que como Scioli no pueden recorrer la ciudad libremente sino que tiene que estar vallada, con Gendarmería, helicóptero, por las dudas. Sin poder dialogar con un vecino que le diga “no llego a fin de mes”. Se ha vuelto un problema para la política, que no está enamorando a la gente y es malo para la democracia, que en 40 años no trajo soluciones a los problemas de la gente. No hay sistema educativo moderno, los docentes ganan mal, no hay programa que garantice la seguridad, la vida y los bienes de los argentinos, no tenemos justicia independiente, ni tenemos un programa de desarrollo que diga que la Argentina respeta a quien invierte y produce en el campo, se rompe el lomo todos los días, también en la industria, el comercio. Si la Argentina no tiene un plan de cambiar de raíz lo que hicimos durante 40 años, seremos un país que no genere esperanza para los argentinos.

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