El Cristo crucificado presente en la localidad de Laprida es una de las obras emblemáticas del reconocido arquitecto Francisco Salamone. Emplazado en el Cementerio Municipal, es considerado un patrimonio Cultural del Municipio, patrimonio Cultural de la Provincia y Monumento Histórico Nacional.
El Cementerio se ubica en la prolongación del acceso sur. El portal del mismo, tiene una altura total de 33 metros, destinados 11 de ellos a la cruz de Jesucristo. La imponente escultura fue diseñada por el propio Salamone y encargada entre 1937 y 1938 a Santiago Chiérico. Se trata de la escultura de este tipo más alta de Sudamérica después del Cristo Redentor del Corcovado de Río de Janeiro.
Una leyenda urbana recorre las calles laprindenses acerca del motivo por el cual este municipio tiene uno de los cristos más altos de Sudamérica. Según se cuenta, esta obra monumental no se dirigía específicamente a Laprida. La historia tiene dudosa veracidad, pero a veces la fantasía le da heroicidad a los relatos.
El comentario que abunda es que el Cristo se quedó en Laprida a punta de pistola. Al parecer, el por entonces Ferrocarril del Sud – ahora Ferrocarril General Roca – llevaba, en 1938, esta escultura realizada por Chiérico dividida en partes. Supuestamente su destino era otro, pero la intervención de un caudillo local hizo que se quedara allí.
Este cementerio se queda en Laprida.
Benito Martínez, que contaba con vaya uno a saber qué información, se acercó a la estación justo cuando el tren arribaba. Con el arma en su mano dijo: “este cementerio se queda en Laprida”. Y así fue. El segundo Cristo más grande Sudamérica se quedó en una pequeña localidad de la provincia de Buenos Aires.
Mi abuelo contaba que estuvo cuando lo bajaron y que un dedo de la mano medía lo mismo que una persona, a ojo de buen cubero. Pero el caso es que el Cristo viajaba, seccionado, en tren.
“Mi abuelo contaba que estuvo cuando lo bajaron y que un dedo de la mano medía lo mismo que una persona, a ojo de buen cubero. Pero el caso es que el Cristo viajaba, seccionado, en tren”, cuenta el actual intendente Pablo Torres en una nota escrita por él mismo en Infocielo. Eso da una magnitud del tamaño de esa escultura. Allí mismo señala que esta historia es imposible que sea cierta, porque para ese entonces ya había comenzado a construirse el portal sobre el que se emplaza.
La obra de Salome en Laprida
El partido de Laprida se encuentra plagado de obras proyectadas y dirigidas por el famosísimo arquitecto Francisco Salamone. Las mismas, inmiscuidas en el espíritu del Art Decó, se encuentran actualmente en uso. Se trata de espacios creados durante la década del ´30, que son motivo de orgullo para la ciudad. Con el fin de preservar y difundir su valor, desde el 2013 funciona el Centro de Interpretación de la Obra de Salomone.
En la Plaza Central, denominada Plaza Pedro Pereyra, se encuentra una increíble fuente, conformada complejamente por elementos geométricos. Frente a ella, está emplazado el Palacio Municipal. Fue inaugurado en 1939 y desarrollado a partir de una simetría axial. La fachada posee una gran torre que guarda en ella un imponente reloj.
El Matadero lapridense también fue diseñado por el arquitecto oriundo de Europa, que llegó a nuestro país de muy chico. Junto con otros pequeños mataderos realizados por Salamone, fueron los primeros públicos de Argentina. El Corralón Municipal, de un estilo neocolonial fue construido en 1937. Actualmente, allí se encuentra funcionando el Complejo Educativo Municipal.
Por otro lado, la Delegación de San Jorge, un pueblo rural ubicado a 50 kilómetros de Laprida, también fue diseñada por este arquitecto. Posee un estilo neocolonial, en el que se destacan elementos geométricos decorativos. Tiene la particularidad de ser la única de las obras lapridenses que tuvo una inauguración oficial.