En las próximas horas deberá resolverse si se prolonga o no la detención de Claudio Daniel “Chaco” Ibarra Arrieta, único acusado por la desaparición y muerte, sí muerte, de Carlos Cordero. Si bien hasta el momento no se obtuvieron los resultados de la pericia de ADN a los restos hallados incinerados en las afueras de la ciudad, la hipótesis central que barajan los investigadores es que la víctima fue asesinada y es por ello que la carátula e imputación sigue siendo, al menos por ahora, la de “homicidio simple”.
Fue por esa misma figura que la fiscal de la causa, la doctora María Paula Serrano, elevó ante el Juzgado de Garantías Nº 1 de la doctora Fabiana San Román el pedido para que se disponga la prisión preventiva de Ibarra Arrieta, quien permanece alojado en los calabozos de la Unidad Penal Nº 38 de Sierra Chica.
Vale recordar que el “Chaco” fue detenido el mismo día del hallazgo de un cuerpo en la zona del santuario del gauchito Gil ubicado sobre Junín y Ruta Nacional Nº 226. “Hay elementos probatorios suficientes para pensar que lo mató”, fue la respuesta de unos de los investigadores a Infoeme días atrás. “No encontrar el cuerpo no desliga al sospechoso, puede ser lo contrario”, añadió la misma fuente por aquel entonces.
En el marco de la causa se han seguido realizando diversas medidas de prueba, caracterizadas todas por el marcado hermetismo. Fue así que todo lo que se obtiene son más bien por trascendidos que por proclamaciones oficiales. Esas versiones no solo dan cuenta de un importante número de nuevos allanamientos, sino también de varias declaraciones testimoniales.
Todo transcurre mientras se aguarda por los resultados de la pericia de ADN para establecer si los restos hallados son efectivamente los de Carlos Cordero, el hombre que, siguiendo siempre con la hipótesis central de la causa, habría sido emboscado mediante una “cita sexual”, versión que no sólo sirvió para reconstruir los hechos sino también para implicar a Ibarra Arrieta en los hechos.