A un día de la celebración del Día del Amigo, también se celebra desde hace varios años el conocido como Día del Amigo con Derechos. Este evento surgió como una idea de un grupo de creativos publicitarios, quienes lanzaron una campaña para promocionar un sex shop. Sin embargo, la iniciativa tuvo una repercusión sorprendente: creció y se consolidó año tras año. Según los creadores de la campaña, la ventaja de tener un amigo con derechos radica en la posibilidad de disfrutar de encuentros sexuales sin compromisos, pero manteniendo un vínculo que va más allá de las relaciones casuales.
La amistad implica una serie de valores y emociones como el afecto, la confianza, la empatía y la reciprocidad. Estos códigos tácitos establecen límites en lo que respecta a lo erótico, por lo que involucrar fantasías sexuales o tener relaciones sexuales entre amigos puede percibirse como una "traición" a estos valores.
Sin embargo, algunos jóvenes ven esto como una forma de explorar su intimidad y dar un paso más en su relación amistosa. Para ellos, el sexo entre amigos puede surgir de manera espontánea, sin culpa ni sorpresa, como parte de la intensidad emocional de su vínculo. Es un conocimiento más íntimo de uno al otro que surge de forma inesperada.
El médico psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin sostiene que en el caso de adultos, el tránsito de la amistad al sexo se vive como un momento crucial que requiere una revisión de la relación amistosa. De acuerdo con el experto, es probable que surja una conversación para intentar comprender algo que tiene pocas explicaciones. Ghedin señala que la fantasía siempre está presente en estos casos, aunque se evite pensar en ella hasta que el deseo no pueda ser reprimido por más tiempo.
Por otro lado, la psicoanalista Fiorella Litvinoff sugiere que en muchos casos se trata de dos personas que se gustan, pero tienen miedo de involucrarse y comprometerse mutuamente, y por eso se etiquetan como amigos para mantener cierta distancia que los protege. Según Litvinoff, esta forma de clasificar la relación es una solución fóbica que les permite evitar comprometerse con el otro.
Según los expertos, compartir espacios con otras personas es algo inevitable entre amigos con derechos. Para algunos esto no supone un problema, pero para otros puede desencadenar celos, incluso si saben que no están en una relación monógama.
"Para algunos, es una experiencia más dentro del contexto de la intimidad amistosa, sin complicaciones adicionales que afecten a la amistad. Sin embargo, en otros casos, el contacto sexual o la fantasía persisten y se convierten en un problema que se debe resolver para mantener el vínculo", analiza Ghedin.
Aparentemente, el "error" más común que causa insatisfacción y angustia en los amigos con derechos es la falta de comunicación clara y honesta respecto a expectativas, acuerdos y límites. Esto puede generar problemas relacionados con la gestión de los sentimientos románticos y los apegos, especialmente cuando una persona empieza a desarrollar esos sentimientos y la otra no lo hace.
Según una encuesta de la app de citas Gleeden, el 50% de los argentinos tiene la disposición de celebrar fechas importantes con amigos con beneficios, sin involucrar sentimientos amorosos. El estudio también reveló que el 45% de los encuestados considera que lo más difícil en este tipo de relaciones es no enamorarse con el tiempo. Para el 25%, la clave está en comunicarse de manera clara y concisa sobre los acuerdos en la relación, mientras que el 20% señala la importancia de no cruzar los límites establecidos. Por último, el 10% restante destaca la dificultad de evitar los celos.
La aplicación también solicitó a sus usuarios que compartieran consejos para aquellos que decidan embarcarse en una relación de amigos con derechos. En este sentido, el 60% de los encuestados recomendó practicar sexo seguro como principal medida de precaución. El 35% opinó que es importante mantener la relación en la intimidad, mientras que un 15% aconsejó respetar el vínculo existente con esa persona. Según el relevamiento, el 80% de los participantes afirmó haber tenido alguna vez un amigo con derechos a lo largo de su vida, mientras que el 20% restante estaría dispuesto a probarlo.