Este viernes se emitió el informe de la junta de 22 peritos, que estudió el caso de Diego Armando Maradona, donde se determinó que el equipo médico del ídolo argentino fue “temerario” en la atención de sus pluripatologías e “indiferente” ante la posibilidad cierta de su muerte. Este informe será el fundamento clave a partir del cual los fiscales agravarán la acusación a un “homicidio con dolo eventual”.
Cuatro fuentes judiciales consultadas por la agencia estatal Télam consideraron que las 70 páginas del informe complican la situación de los imputados, en especial la del neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, quienes tomaban las decisiones sobre la salud de Maradona.
“Las conclusiones de la junta son lapidarias y serán el sostén de la hipótesis del dolo eventual en la que ya se estaba trabajando”, dijo uno de los investigadores judiciales.
La diferencia radica en que hasta ahora los siete imputados habían sido notificados que se los investigaba por un “homicidio culposo”, delito que prevé una pena excarcelable de 1 a 5 años de prisión, pero el “homicidio simple con dolo eventual” se castiga con prisión de 8 a 25 años, lo que incluso podría derivar en pedidos de detención para algunos de los acusados.
El jefe del cuerpo médico de San Isidro, Federico Corasaniti, quien encabezó la autopsia del “10” y actuó como coordinador de la junta, será junto a otros peritos oficiales quien entregará en mano el reporte firmado ante el equipo de fiscales que lleva adelante la investigación.
Fuente: Infobae
En las 70 páginas que elaboraron para los fiscales Cosme Iribarren, Patricio Ferrari y Laura Capra detallan el final. Aseguran que Maradona “comenzó a morir, al menos, 12 horas antes de las 12.30 del día 25/11/2020”. Según ellos, “presentaba signos inequívocos” de agonía prolongada, por no haber sido debidamente controlado “desde las 00.30” del día que falleció.
Los peritos apuntan esa y otras responsabilidades a los encargados de cuidar su salud, encabezados por el doctor Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov. “El actuar del equipo de salud a cargo que atendía a Diego Armando Maradona fue inadecuado, deficiente y temerario” indicaron.
Más allá de la responsabilidad de las personas que debían cuidar a Diego, el informe de los forenses denota el mal estado de salud en el que se encontraba el cuerpo del 10. El corazón de Maradona pesaba 503 gramos, un 40 o 50 por ciento más de lo normal, tenía hipertensión arterial, una aterosclerosis leve en la carótida, el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo y su enfermedad renal crónica.
Este cuadro suponía un “riesgo cardiovascular intermedio/alto”. El trabajo de los peritos sostiene que “falleció de una insuficiencia cardíaca congestiva luego de un período agónico prolongado”, como se detalló. Esto se traduce en una cardiopatía hipertrófica ventricular izquierda, agrandamiento de aurícula izquierda y disfunción diastólica asociadas a los sedimentos acumulados por años de consumo de cocaína y alcohol, según resumieron los peritos que indicaron, “resulta un corazón insuficiente para solventar las necesidades del organismo”.
Estos problemas del corazón ocasionaban el deterioro de otros órganos, como por ejemplo los riñones, el hígado y el aparato digestivo. El informe de los peritos detalla, el estado del cerebro de Maradona, donde se indicaron áreas de hipoperfusión panorama por el cual “debería haberse dispuesto un seguimiento con controles y estudios cardiológicos” según los especialistas.
El complicado cuadro de salud de Diego, hizo que necesite de una gran cantidad de medicamentos. Quizás la frase más triste de todo el informe es que Diego “no se encontraba en pleno uso de sus facultades mentales, ni en condiciones de tomar decisiones sobre su salud” en los últimos tiempos. El informe coloca en el centro de la responsabilidades nuevamente al equipo conducido por Luque y Cosachov.
La investigación por la muerte del astro argentino continuará su curso y el informe que presentó la junta medica conformada por 22 especialistas que evaluaron el estado del cuerpo de Maradona y el accionar de las personas que estaban a cargo de su salud, puede ser una pieza clave en la resolución del caso.