Por Luciana Pedernera
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A 100 kilómetros de Olavarría, se encuentra la Escuela Rural N º 35 José Lamas, en la localidad de Mapis, ese pueblo con 143 habitantes descentralizados al que esta institución, le da vida. Hace casi un mes las clases volvían a la presencialidad, las valijas de una docente se llenaron de todo lo necesario pero a ello tuvo que sumar una conservadora. Después de un año de pedir, rogar, insistir y golpear puertas la cocina de la escuela sigue sin tener una heladera.
14 pequeños volvieron a clases llenos de esperanzas, después de un 2020 que los había alejado de todo, sus miradas volvían al encuentro en la escuela, ese lugar que les permitió vivir aventuras. Pero que hoy, vive el abandono de quienes deben responsabilizarse de sus necesidades y herramientas básicas.
El espacio educativo requiere de una heladera inverter debido al consumo que esta genera, considerando que el abastecimiento eléctrico del lugar es con equipos de energía solar. El suministro eléctrico llega hasta la localidad de Recalde, de ahí en adelante, el resto de la población debe abastecerse con energía solar o generadores a nafta y gasoil. Sumado a ello, la señal de telefonía celular es muy poca y en algunos lugares, nula.
María Marta Mallea, secretaria de la cooperadora de la Escuela N º 35, dialogó con Infoeme y señaló que “para nosotros invertir en la heladera es algo a lo que no podemos llegar, es algo que no corresponde”. La directora de la escuela José Lamas de Mapis, es una de las dos docentes olavarrienses que durante la semana escolar residen en la institución educativa.
En la provincia de Buenos Aires según los datos del Ministerio de Educación de la Nación hay 1542 escuelas rurales primarias, por lo que Mallea indicó que “en la provincia hay un número importante de escuelas en las cuales las docentes viven allí. El estado tiene que garantizar que tengan las mismas condiciones habitacionales que en la ciudad, y las mínimas condiciones habitacionales comprenden una heladera”.
En esta línea continuó que “no es solamente para los chicos porque, las docentes almuerzan, cenan y toman su desayuno en la escuela. Necesitan conservar durante una semana entera sus alimentos, esto es fundamental”. Y agregó que “hasta el año pasado tuvimos heladera a gas, la última vez que vino una persona del concejo escolar nos dijo que no tiene arreglo”.
El pedido causa más indignación cuando al mirar atrás la escuela ha sido reconocida a nivel nacional, en 2018 ganaron el premio de Maestros Argentinos entre más de 1500 escuelas de todo el país por el proyecto “La escuela rural el mejor lugar para prevenir la hidatidosis”, y hoy está casi en el olvido.
La solicitud de la heladera comenzó por las vías formales hacia su consejero escolar asignado, según explicó María Marta, esta necesidad fue planteada el año pasado y les respondieron que no disponían de presupuesto para infraestructura, frente a esto se empezó a pensar en posibles soluciones a este problema.
El pedido comienza a circular en redes luego de que la maestra de nivel inicial de ese momento le planteo a su inspectora la problemática y le advirtió que iba a publicar una colecta como solución a la situación. “Las redes se van de las manos y esto empezó a tomar injerencia hasta que aparece un periodista de un reconocido medio y publica la historia”, relató la secretaria.
“Lo más fácil era decir no empecemos las clases y ahí es donde tiene muchísima importancia quien es la directora de la escuela”, argumentó la secretaria, quien además admiró el trabajo de la representante de la institución y afirmó que “durante todo el año pasado en pandemia trajo quincenalmente los bolsones que dejaban en Olavarría y traía todas las tareas impresas para los chicos”.
La comunidad de Mapis fue la que todos los días pasados con altas temperaturas acercaban a la institución botellas de agua fría y el hielo que llegaban a hacer para poder conservar alimentos y disponer de agua fresca para beber, “esto no es un lujo, estamos hablando de una heladera. Una necesidad básica de una persona que esta de lunes a viernes en la escuela”, reafirmó con indignación Mallea.
Para colaborar con la cooperadora de la Escuela N º35 José Lamas de Mapis, pueden hacerlo mediante un aporte económico al CBU 0140337201637900291918. “Las escuelas rurales en estos lugares significan desarrollo, entonces cuando vos decís que te falta la heladera, no lo podes creer”, concluyó la entrevistada.