Los océanos se calentaron, el hielo y la nieve disminuyeron. Se estima que el aumento del nivel medio del mar será de entre 24 y 30 centímetros para el 2.065 y hasta de 63 centímetros para el 2.100.
Cada 24 de octubre, mediante la celebración implementada por la ONU como Día Internacional Contra el Cambio Climático, se busca concientizar a las personas sobre sus acciones individuales, a las de la grandes compañías y gobiernos, y la forma en como estas impactan en el medio ambiente de manera negativa.
Con más de un siglo y medio de industrialización, agricultura masiva, mal uso de las energías no renovables y la deforestación, las cantidades de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, se incrementaron en niveles nunca antes vistos.
Los GEI en la atmósfera terrestre están relacionados de manera directa con la temperatura de la Tierra y su índice. Los expertos destacan que alrededor de dos tercios de todos los tipos de gases, el más alto es el dióxido de carbono (CO2), resultado de la quema de combustibles fósiles. Las emisiones de este gas son absorbidas por los océanos, causando acidificación, influyendo en los mares y en otros ecosistemas que dependen de estos.
Estos cambios influyen abrupta y directamente en la productividad agrícola, y por ende en las importaciones y exportaciones, y en la alimentación de la población debido a que se producen sequías, inundaciones, plagas y enfermedades.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicó un informe en octubre de 2018 en el que se advirtió que debemos alcanzar el aumento de la temperatura de 1,5 grados centrígrados con respecto a los niveles preindustriales, o al menos no superarlo, para evitar una catástrofe ambiental.