Tomás Correa / @toomicorrea
Ya llegamos al mes de marzo y la política comienza a poner primera en las cuestiones deliberativas. Así finaliza un verano que, si algo no tuvo, fue sensación de vacaciones para la gestión local, provincial y nacional.
Por ello, el pasado domingo fue el presidente, Alberto Fernández, el primero en dar el puntapié inicial de los discursos de apertura de sesiones.
Con un paquete de medidas que interpela al sector judicial, al de inteligencia, a la seguridad, a la educación y al género - no olvidemos el anuncio del envío de un proyecto para que el aborto consiga, al fin, la legalidad en el año 2020 - “marcó” la cancha a lo que se venía.
Las diferencias entre el discurso de Fernández, Kicillof y Ezequiel Galli, claro está, están a simple vista: los repasos de gestiones se definen en el tiempo que cada funcionario lleva de trabajo. En el caso de Nación y Provincia, se repasaron informes de poco más de 80 días, mientras que en lo local si miramos cuatro años atrás, el Municipio tenía el mismo color.
Uno de los puntos a destacar es que los tres discursos tuvieron como punto central la presencia de lo simbólico, y la aclaración de que la incertidumbre sigue presente en materia económica: la falta de plata, la situación económica, la crisis y la espera de un futuro que, a primera vista, no tiene muestras claras de lo que va a pasar.
Pero, para poder centrarnos en las coincidencias debemos separar en temáticas los discursos. Quizá en lo político más duro, de manera inesperada, encontramos las coincidencias más fuertes.
La búsqueda de consensos fue una de los parecidos más importantes entre el discurso de Ezequiel Galli y de Alberto Fernández. La apertura de canales de diálogo y la necesidad de “trabajar todos juntos para enfrentar la crisis” se presenta como una mirada a futuro y un desafío a cumplir. Claro está que se deberá esperar para ver de qué manera las palabras se pueden llevar a los hechos.
En un año que no será electoral, encontramos diferencias más que importantes en el modo de decir, en las palabras utilizadas, y en la construcción de los discursos. Si nos remontamos un año atrás - con dos de tres actores diferentes a los que hoy analizamos -, la película es otra.
La ya conocida y nombrada grieta, en estos casos, no fue la columna vertebral de los discursos, algo que venía siendo utilizado durante los últimos años. Sí fue Axel Kicillof quien más hizo referencia a la situación en la que encontró la provincia de Buenos Aires, en la búsqueda de culminar con los análisis positivos ante la gestión de María Eugenia Vidal. La imagen positiva de la ex Gobernadora logra que la “herencia” en la provincia sea recordada con mayor frecuencia por el actual gobierno.
Por su parte, Alberto Fernández y Ezequiel Galli mostraron una actitud más conciliadora, bajo la premisa de que se necesita de todos, todas y todes, para salir de la crisis en la que está inmersa el país desde años atrás.
Cabe sumar, cual nota al pie, que la estrategias políticas que mostró el jefe comunal de Olavarría durante los últimos cuatro años, pocas veces estuvieron mediadas por discursos institucionales. Por lo tanto, no es el lugar donde más se siente cómodo, sino que su carrera política se acercó más al contacto directo con la gente en los eventos públicos.
Los anuncios y la mirada a futuro
Una de las diferencias más notables se encontró en los objetivos de gestión y acciones a llevar a cabo presentadas tanto a nivel nacional y provincial. En nación, del “Nunca más al endeudamiento insostenible”, pasando por la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional, el relanzamiento del plan Remediar, el trabajo para crear una política de defensa del consumidor, el anticipo de la reforma judicial y la modificación de la Ley de Inteligencia, hasta la Ley de Economía del Conocimiento fueron algunos de los anuncios .
Por su parte, en su discurso, el Gobernador se anunció más trabajo en el programa “Escuelas a la Obra” y, la mayor sorpresa del discurso, el pedido de calificación de “Provincia Petrolera” por tener una parte del proceso de refinación del combustible.
En este sentido, desde la oposición local señalaron la falta de anuncios concretos por parte del jefe comunal de la Ciudad. “Hubo poco contacto con la agenda de la gente” confiaron desde un sector del Interbloque Frente de Todos a este medio, y criticaron la “ausencia del tema seguridad y relación con la gobernación y presidencia”. Del mismo espacio, otro concejal expresó que tuvo “mucha descripción pero poco de la Olavarría que queremos para el futuro”.
Desde Cuidemos Olavarría, las reacciones fueron parecidas: “se quedó un poco en una actitud conservadora, sin nada novedoso, ni nada interesante que ofrecer como política pública” opinaron, y destacaron la “falta de obras públicas y proyectos de vivienda, más allá del proyecto Tu.Vi”.
Por parte del oficialismo fue Bruno Cenizo quien tomó la palabra ese mismo día en diálogo con Infoeme, y señaló que el discurso le pareció “lógico”, como también resaltó el “Proyecto del Primer Código de Ética Pública Municipal”.
Otro de los anuncios se dio en relación la creación de un espacio municipal en el barrio Isaura, el cual abarcaría a los barrios Cuarteles, Belén, Eucaliptus y Matadero.
Entre anuncios y repasos de gestión, nos quedará este espacio para sentarnos en 365 días y ver que se hizo y que no o, al menos, en qué porcentaje se logró cumplir lo prometido en las diferentes esferas nacionales, provinciales y municipales.
El género como tema principal
Años atrás, era impensado - lo cual estaba mal - esperar que la agenda política incluya las políticas de género de manera transversal en un discurso de apertura, ya sea a nivel nacional, provincial o municipal.
El 2020 nos trajo por primera vez esta coincidencia. Obviamente cabe aclarar que sin los movimientos feministas y la presión popular esto, probablemente, no sería un tema principal de los discursos.
Pero, vamos por partes. A nivel nacional los anuncios en materia de género fueron los que mayor rebote tuvieron. El año que tenemos por delante promete venir con aborto legal, seguro y gratuito, más allá de contar voto por voto en el Senado de la Nación. “El aborto sucede, es un hecho. Un estado presente debe proteger a los ciudadanos en general y obviamente a las mujeres en particular. En el siglo XXI toda sociedad necesita respetar la decisión individual de sus miembros a disponer libremente de sus cuerpos” fueron las palabras elegidas por Fernández para el anuncio.
En términos generales, marcó una disrupción en un discurso que buscaba correrse de la grieta e intentaba ser políticamente correcto. En las redes, el quiebre mencionado se notó: las discusiones arrancaron luego de la mención del aborto.
Al anuncio del envío del proyecto para la legalización del aborto, también se sumó el envío de un proyecto de Ley que instaure el plan de los mil días para la atención y cuidado integral de la salud de la mujer embarazada y de sus hijos e hijas en los primeros años de vida.
A nivel local la situación fue diferente, pero igualmente contó con una extensa parte del discurso el género. Tras los lamentables sucesos que tuvieron a Olavarría en vilo durante los primeros días del año y una discusión política en medio, se declaró la Emergencia en Violencia de Género.
Es por ello, que Ezequiel Galli incluyó en su discurso los puntos que seguirá el Municipio a partir de la declaración: acompañamiento a mujeres en situación de violencia de manera interdisciplinaria, la implementación en cada espacio municipal de la Ley Micaela, y la entrega de dos viviendas para mujeres que hayan atravesado situaciones de violencia de género, fueron algunos de los puntos mencionados.