En las últimas horas la justicia resolvió la liberación de dos personas que días atrás habían sido retenidos en el marco de una serie de allanamientos, todo en el marco de la investigación de los hechos cometidos por la denominada “banda de los encapuchados”. Si bien son varios los hechos que se le atribuyen, la acusación respondía a un hecho ocurrido a inicios del presente mes en las afueras del casco urbano local, donde dos mujeres habían sido atacadas por no menos de 4 personas.
Se trata de Diego Fernando Ibarra y Carlos Alberto Rozas, ambos de 38 años y quienes habían sido acusados por los delitos de “robo agravado por su comisión en despoblado y banda” y “privación ilegal de la libertad”, figura penal por la que además habían sido indagados días atrás. Sin embargo, tal cual logró conocer Infoeme, la propia justicia debió resolver también por la liberación al no obtenerse elementos concretos que lo ligaran con esos hechos que se les endilgaban.
Todo responde al saldo negativo que tuvieron en las últimas horas distintas ruedas de reconocimiento de efectos, es decir de elementos que habían sido secuestrados en allanamientos pero que las víctimas no lograron identificar. Entre ellos sobresalía una peluca que se presumía que habían utilizado en el asalto ocurrido el 1 de febrero, pero las víctimas no la identificaron como tal, al igual que con otros artefactos. Vale recordar que una situación similar se dio semanas atrás en el marco de la investigación de otro asaltos de estas características.
Con ello se cayó unos de los principales elementos de la acusación. No obstante, persisten las pesquisas y averiguaciones para cosechar nuevos elementos de prueba, además de medidas de prueba complementarias a lo incautado en los mencionados allanamientos. Lo concreto es que ambos acusados recuperaron la libertad en las últimas horas.
El caso por el que se los acusaba se registró sobre el cierre de la noche del sábado 1 de febrero en una vivienda ubicada sobre calle 142 al 400. En ese sitio irrumpieron cuatro personas armadas que cubrieron sus rostros no sólo con capuchas, sino también lo habrían hecho con máscaras y pelucas. En el interior se encontraban dos mujeres, de 65 y 37 años respectivamente, las cuales fueron reducidas y maniatadas con cables. Los delincuentes escaparon con una suma de dinero en efectivo, trascendió alrededor de 35.700 pesos, y hasta el perro de las víctimas, de raza chihuahua.