Organizado por la Municipalidad de Olavarría y ante un buen marco de público, Federico Chingotto brindó una charla a corazón abierto donde contó un poco de todo: sus orígenes, su familia, su arribo a la élite del pádel y su magnífica temporada peleando por ser el mejor del mundo.
“Encontré mi mejor versión este año, pero ahora estoy descansando un poco de tanto pádel”, comenzó diciendo el deportista local que terminó el 2024 en el cuarto lugar del ranking de Premier Pádel y agregó, tras su rápida eliminación en el Máster Final: “No lo terminamos como queríamos”.
El joven de 27 años no reparó en elogios para su familia, gran pilar en su carrera y fieles acompañantes en sus andanzas. Anécdotas mediante y confirmando que fueron quienes lo iniciaron en la actividad, el “Súper-Ratón” aseguró: “Soy un afortunado de poder vivir de lo que amo y no me va alcanzar la vida para agradecerle a mi familia para agradecerle que me cumplieron todos los caprichos”.
“Hice muchos deportes, pero nada me cautivó como el pádel”
En una recorrida por su extensa carrera a pesar de su corta edad, Chingotto contó ante los presentes entre los que se encontraba el intendente Maximiliano Wesner, como fueron sus inicios viajando a Bolívar para entrenar, su unión con Juan Tello y sus primeras experiencias en Europa hasta llegar a la actualidad que incluye dos exhibiciones en Chingoland el venidero fin de semana.
También hubo mención especial para su amigo Gonzalo Salías, fallecido en un accidente tras regresar de una competencia: “Siempre está conmigo y lo tengo tatuado”.
El deportista bicampeón del mundo también confirmó que “no estaba en mi cabeza ser millonario con el pádel, yo sólo quería jugar y decirme a mí mismo que todos los días luche y di todo”.
Alejandro Galán, Fernando Belasteguín y hasta los profesores que lo acompañaron desde los cinco años aparecieron en la conversación donde también estuvieron presentes Paredes y Dybala, futbolistas que dijeron presentes en Roma en uno de sus partidos y que concluyó con entrega de distinciones y un mensaje de Federico Chingotto a la audiencia: “No hace falta ser el mejor del mundo, lo importante es día a día ser un poquito mejor y no conformarse”.