El Concejo Deliberante aprobó este jueves, en la 10º sesión ordinaria, un proyecto que planea la reparación de los puentes colgantes. Fue presentado por el interbloque del Frente de Todos y busca dar respuestas a las denuncias por el “mal estado” de algunos.
Cada pueblo tiene su historia y sus atractivos y Olavarría no es ajena a ello. Los puentes colgantes son una de las referencias ineludibles cuando se habla de esta ciudad. Como las cementeras o los Emiliozzi. Para nosotros forman parte del paisaje, pero para los foráneos es motivo de sorpresa y halago.
Es propio de los lugareños acostumbrarse a lo que nos rodea. ¿Quién no ha cruzado alguna vez alguno de los puentes colgantes de la ciudad sin siquiera pensarlo? Pero son, sin lugar a dudas, uno de los grandes atractivos de nuestra ciudad. Y cuidarlos resulta fundamental para revalidar a diario nuestra historia, nuestras raíces.
Pero, ¿por qué Olavarría tiene tantos puentes colgantes? ¿cuándo nació esta historia? El primero de ellos fue construido con el aporte de los vecinos allá por 1881. Apenas unos pocos años después de la fundación de la ciudad. Cruzaba el arroyo a través de la calle Belgrano.
De acuerdo con una investigación llevada a cabo por miembros de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN, dos años más tarde se inauguraron dos nuevos puentes sobre San Martín y Necochea. Resultaron claves para la conexión de la ciudad de un lado a otro el Arroyo Tapalqué. En un principio fueron conocidos como “puentes Cimbra”.
Con el paso del tiempo, los de las calles Belgrano y Necochea fueron reemplazados por puentes de hormigón. Pero, a su vez, se construyeron 6 nuevos para acompañar al de la San Martín. Allí siguen funcionado los cruces peatonales.
Las tristemente célebres inundaciones de los años ´80 destruyeron con todo a su paso, incluso los puentes colgantes peatonales. Es por ello que los mismos debieron ser reconstruidos.
Tan famosos son los puentes colgantes en Olavarría que hasta se han realizado fiestas en su honor. En una de esas oportunidades, se le dio nombre a cinco de ellos. Sirirí se emplaza sobre la calle Sargento Cabral, el Ceibo en Álvaro Barros, Sauce Criollo en Dorrego, Golondrina en San Martín y El Ombú en General Paz.