A través de una nota para Infobae, el docente e investigador de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN, director académico del Polo de Ingeniería en Energías Renovables y Tecnologías Ambientales y experto en cambio climático, Gabriel Blanco invitó a hacer un análisis sobre las consecuencias de avanzar con el yacimiento “Vaca Muerta”.
Señalando en principio los ciclos de crisis socioeconómicas que atraviesa Argentina hace algunos años y que dejan “una desigualdad cada vez más profunda en la distribución de la riqueza, en el acceso a la salud y la educación y en la degradación de nuestro capital natural”, Blanco planteó que como salida “se apunta, una vez más, a la extracción y explotación intensiva de recursos naturales”.
Ante esto último, se remitió al extractivismo que se ejerce sobre los recursos naturales desde el colonialismo: “La extracción de madera del parque chaqueño; el oro, la plata y el cobre de Famatina; después los nutrientes del suelo para el cultivo de soja; y, mirando al futuro cercano, el litio de los salares de la Puna para los autos eléctricos por venir, hoy es el petróleo y el gas natural del Mar Argentino y de Vaca Muerta”.
“¿Qué significa reiniciar el camino de desarrolló basado en combustibles fósiles a la luz de la crisis climática?” se preguntó el especialista en medio ambiente que expuso además, la responsabilidad de Argentina con el Acuerdo de París y el compromiso ético “con las generaciones actuales y futuras” para las cuales hay que “mitigar las causas y reducir los riesgos que los impactos y el cambio climático producen”.
En respuesta al escenario anterior detalló que Argentina “genera cerca del 0,7% del total mundial de las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el problema” y afirmó que aunque parece poco “es más de lo que generan otros 180 países, sólo estamos por debajo de los 20 países más industrializados”.
En este sentido explicó que las emisiones de gases de efecto invernadero “provienen de nuestro uso masivo del petróleo y gas natural, a lo que se suma la deforestación y las prácticas agrícolas y ganaderas”. “No podemos mirar para un costado, somos víctimas pero también victimarios de la crisis climática”, sostuvo el ingeniero Blanco.
En este análisis, señaló que "explotar Vaca Muerta también conlleva el uso de agua, arenas y sustancias químicas, cuyas consecuencias socioambientales aún no han sido evaluadas en forma rigurosa, pero que han llevado a otros países a prohibir la actividad”.
“Tampoco entran en la ecuación económica los impactos por derrames de efluentes que contaminan el suelo y el agua, ni los accidentes que dejan muertos y heridos entre el personal, y mucho menos los derechos de las comunidades locales y originarias”, profundizó.
Sin embargo, la necesidad de generar cambios sobre la forma de producir y consumir energía, consideró que “en la Argentina tiene otras dimensiones” e indicó que al “sumergirse en el negocio del petróleo”, pese a que los recursos están en nuestro suelo se “depende de capitales y tecnologías foráneas” para concretar la explotación de petróleo y gas de la cual dependemos.
Que Argentina dependa de la tecnología y los capitales de países poderosos significa, según el especialista, una situación que hoy por hoy nos atraviesa con la falta de gasoil. “Un negocio expuesto a los vaivenes políticos de líderes mundiales inestables y de guerras que nos son ajenas, pero cuyo resultado impacta en el precio del barril y como consecuencia en los precios de los combustibles que usamos para producir alimentos, transportarnos, cocinar, calefaccionarnos y mover nuestra industria”, argumentó.
“Algunos reclaman que el petróleo y el gas de Vaca Muerta son necesarios como parte de una transición hacia otras formas de producir energía, pero esto será así de cualquier forma, porque cualquiera sea la transformación del sector que se busque (si es que se busca alguna), necesitará de un par de décadas para que se concrete, por lo tanto, el petróleo y el gas serán siendo parte de nuestra matriz por un tiempo más”, continuó.
El Ingeniero olavarriense problematizó, “planificar el futuro energético expandiendo la infraestructura actual para la explotación de petróleo y gas, como es el caso del gasoducto actualmente en licitación” en 2022 ya que según u lectura de la historia “cada vez que se realizan este tipo de inversiones es muy difícil salir de allí, los activos quedan varados por décadas en forma de equipamiento e infraestructura”.
"La explotación de Vaca Muerta, a la que se suma la del Mar Argentino frente a las costas prístinas de la Patagonia, requiere de grandes capitales del que sólo disponen algunas corporaciones multinacionales”, agregó y justificó su posición: “La historia enseña que quien tiene el control de los recursos energéticos ejerce dominio sobre los actores de una sociedad”.
Finalmente manifestó: "Por esto y por todo lo demás, hay que repensar Vaca Muerta y todo nuestro sistema energético, cuando además, por montos similares, e incluso menores, de inversiones y subsidios existen alternativas que podrían llevarnos por senderos de desarrollo más virtuosos y sostenibles".
Fuente: Polo de Ingeniería en Energías Renovables y Tecnologías Ambientales.