Olavarría es “Ciudad protegida” y desde este martes se activó la vacunación libre para mayores de 18 años. Todos aquellos jóvenes que no se inscribieron en la aplicación “Vacunate” y aquellos que lo hicieron pero aún no recibieron el llamado pueden acercarse a cualquiera de las cuatro postas de vacunación de la ciudad y serán inoculados. La presencia de este grupo etario comenzó a verse desde la semana pasada, cuando el turnero, empezó a responder la solicitud de los más jóvenes.
Infoeme recorrió este miércoles, una de las postas de vacunación de la ciudad que funciona en la Facultad de Ciencias de la Salud ubicada en la Avenida Pringles al 4375 y dialogó con quienes se encontraban en el lugar, camino a recibir su vacuna.
La vacuna llegó para la generación que vive y conoce la tecnología como pocos, aunque, pese a eso, en la primera jornada, arribaron alrededor de 80 jóvenes por posta, sin cita previa. Se trata de un grupo que tiene como común denominador, según indicó Natalia Álvarez coordinadora de una de las postas de vacunación, el “miedo a las agujas”, pero lo enfrentó para poder salir “de todo esto”.
En una tarde muy fría de invierno, los jóvenes llegan con un montón de expresiones, la más evidente, los nervios. Las historias son muchas y diversas, Álvarez cuenta que en la jornada de este martes, primer día de vacunación libre para mayores de 18 años, le tocó vivir con mucha emoción, la vacunación de una chica que “cumplió 18 años el mismo día que se vacunó”.
Detrás del barbijo y con la mirada sobre el suelo, reposando el cuerpo sobre una silla, quietos, como si el mundo estuviera en pausa, casi una decena de personas esperan. Una de las chicas que está a punto de iniciar el recorrido, manifiesta que se encuentra realizando el profesorado de matemáticas y que para realizar las practicas le recomendaron estar vacunada. Se anotó la semana que pasó y hoy ya tenía el turno.
A su lado, otra chica, a quien sus ojos le brillan y dejan deducir una sonrisa que emite lo mismo que luego ella expresa, está “nerviosa” porque “no le gustan las agujas”. Sin embargo, espera allí su turno, el llamado del primer puesto del circuito de la posta, porque su deseo es “cuidar a la familia, porque todos están vacunados”.
Algo muy similar ocurrió con otra joven, expresa la coordinadora de la posta y detalla que una chica llegó a la posta de vacunación sin querer vacunarse, por el miedo a las agujas, y finalmente “se vacunó de la mano de su novio y de dos vacunadoras”.
Nos acercamos al anteúltimo puesto, el de la espera. El cuerpo sobre la silla denota relajación, los brazos caídos, la espalda relajada. Se siente alivió y lo mismo que dicen todos “no dolió”, “ni lo sentí”. En este sector hay dos chicos, llegaron juntos, Facundo es uno de ellos, se vacunó para no ser “peligroso” para las personas que lo rodean.
A su lado, está uno de sus amigos, quien llegó hasta la posta de vacunación para que “se logre una inmunidad social” y así “se pueda salir del virus". A diferencia de Facundo, quien se anotó a través de la aplicación, vio en las noticias que “había vacunas para todos y se podía vacunar sin turnos” y decidió ir, aunque dudó hasta último momento.
La coordinadora de la posta de vacunación, recuerda otra anécdota del día anterior, que se repitió en la jornada de este miércoles, “vienen a vacunarse grupos de hermanos”. Finalmente, a modo de reflexión Facundo cierra y afirma que "vacunarse es una responsabilidad social”.