El músico Ignacio Montoya Carlotto fue distinguido por el Senado de la provincia este viernes por la tarde y contó con el acompañamiento de su abuela, Estela de Carlotto.
La presidenta de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo y activista de Derechos Humanos llegó a nuestra ciudad al mediodía para compartir un asado en familia: “hecho por él”. Luego, participó del evento que tuvo lugar en el Teatro Municipal.
Antes del acto, habló con los medios a pocos días de un nuevo aniversario de la fecha que quedó grabada en la memoria de todos los argentinos y que cambió la vida de ambos.
“Como no conocía al papá de él, yo lo buscaba con la cara de mi hija Laura. Resulta que no se parece nada. Se parece al papá”, relató Estela sentada en una butaca del Teatro Municipal. A su lado, su bisnieta con unos anteojos amarillos enormes la escuchaba.
“Desde el primer abrazo él me dijo ‘despacito’. Porque es lógico, es un hombre y yo lo veo como un niño. A veces hasta le regalo juguetes porque tengo que recuperar el tiempo”, describió.
Para Estela, estar este viernes en Olavarría es “una cita de honor”. Destacó el trato con la que siempre la recibieron en la ciudad y la satisfacción de saber que su nieto “es un hombre bueno, sano, honrado, generoso y un gran músico”.
Con Ignacio, se encuentran en un proceso de conocimiento y de “irnos queriendo”. Además, Lola, su bisnieta, contribuye en ese camino que recorren.
Respecto a la búsqueda de la identidad aseguró que “hay algo que se mueve siempre y que inquieta. A veces hay que despertar eso para que los nietos reaccionen”
El buscó y encontró. Ya estaba buscando mucho antes sin darse cuenta.
“Hay algo que trae de papá y mamá. En su sangre está la genética de mi hija y de su papá que eran luchadores, les quitaron la vida porque pensaban en un país mejor. El trae eso y con eso vive y vivió sin saber realmente de donde venía. Tal es así que viviendo como vivió en el campo decidió ser músico y desafiar a las ciudades con su música”, concluyó.