Alexis Grierson
@alexisdechillar
Estamos en plena carrera. Lo que parecía que sería un bombardeo de propuestas, visitas y novedades, se transformó, a un mes de las PASO, en algo más “tranquilo”. ¿Será la calma que antecede al huracán? Algunos tienen augurios de visitas importantes antes del 11 de agosto. Otros, se “guardarán” las cartas para las generales. Pero repasemos la semana.
La campaña hasta ahora no tuvo grandes movimientos. Con una polémica (generada por oficialismo y oposición) por el reparto de los espacios televisivos por la Dirección Nacional Electoral, todo parece enfocarse más en el trabajo en redes sociales que lo que sucede en la calle.
Por ahora, es todo casi 100% militancia: se ha visto a militantes (y voluntarios) caminar por los barrios, anclados por ahora en afianzar votos propios pasando por los domicilios y llevando las propuestas, así como también escuchando los reclamos de la ciudad. Si bien es en todos los puntos del Partido, algunos barrios puntuales muestran la punta de las estrategias: es tiempo de afianzar lo propio, después llegará el momento de indecisos.
Caso contrario en redes: las promociones y las inversiones es moneda común al menos en los tres principales candidatos. Actividades y recorridas se comienzan a publicitar para tener más llegada, dado que algunos muestran líneas claras, y otros se basan en la intención de que la mayor cantidad de usuarios locales lo vean.
Lo más importante, hasta ahora, fueron los lanzamientos de campaña: el último fue el de Aguilera, que presentó su lista ante más de 600 personas en el club Pueblo Nuevo. Con una épica ganadora, se hicieron balances de unidad y se notó el apoyo a la lista, tras los cuestionamientos post cierre.
Está claro que para el Frente de Todos, los heridos son cosas del pasado. Justamente, se mostraron fuertemente anclados en las agrupaciones con las que acordaron y con los sindicatos. Y ahora, a patear la calle.
El extraño mundo de las encuestas
Muy extraño. Y delicado: hablar de encuestas en estos tiempos suele ser bastante complejo, porque señalarlas beneficia a algunos y perjudica a otros. Además, con el riesgo de “meter la pata” dadas las intencionalidades políticas de una u otra medición. Pero más allá de eso, es un tema que no se debe esconder, por el contrario.
Las mediciones propias ilusionan más a los propios que los ajenos. Y por eso la confusión: lugar que se consulte, lugar que admiten que “miden bien”.
Según logró saber Infoeme, la mejora en las encuestas de Macri en nuestra ciudad hizo que tome la delantera sobre Alberto Fernández, según los números que se analizan desde el Ejecutivo. La diferencia sigue arrojando un ballotage, pero son cerca de 7 puntos de tranquilidad para el oficialismo, que pareciera recuperar las dudas de hace dos meses.
¿La razón? Básicamente, la “estabilidad” de la economía. Podríamos discutir varios párrafos (horas, si nos juntamos a charlar) sobre esta extraña estabilidad, que suena a remachar una situación que parece insostenible desde hace tiempo. Pero esa sensación impacta en el electorado, que hizo mejorar al presidente en al menos 14 puntos. Una cifra…extraña.
Lo que no parece tan extraño es el aluvión Vidal en Olavarría. Superando ampliamente los 40 puntos y con varios cuerpos de diferencia sobre Kicillof, la hace líder indiscutible de la elección en todas las categorías de la boleta. Con un tema: Macri, a pesar de su mejoría, sigue al menos 10 puntos abajo. ¿Qué pasa con ese corte y cómo afecta al voto local? Eso es lo que todos están analizando tratando de “colgarse” de Vidal y rasguñar algunos votos más.
En el plano local, el orden (con la variable de boleta completa) sigue siendo el mismo: Galli – Aguilera – Eseverri. Es una diferencia tranquilizadora para el intendente, al menos en dicho sondeo al que accedió Infoeme, pero hay varias aristas que hace que más allá de las mediciones, exista suma prudencia en torno a qué puede pasar en agosto y octubre.
La principal es la que todos están viendo: la variable económica. Cualquier desliz con la deuda, el dólar, o la inflación, generan como mínimo dudas en torno a que las diferencias en las encuestas se ratifiquen en las elecciones. ¿La segunda variable? Algunas promesas de empresarios que, de manera expuesta, le están pidiendo al gobierno. La principal, claro, es la reforma laboral.
No es casual que algunos empresarios ataquen duramente a los sindicatos, y ni que hablar del pedido de “echar más fácil” a los empleados. ¿Traducido? La reforma laboral.
Curioso que, en paralelo, el gobierno nacional y el provincial no le encuentren la vuelta a la campaña. Con un tono demasiado duro, está en modo “provocador” teniendo en cuenta la dureza, más allá de los apuntados: La Cámpora, corrupción, sindicatos, el pasado. Habrá que ver qué pasa en las redes, en los denominados “microsegmentos”.
Pero esto no es todo con las encuestas: otro sondeo muestra que es el mismo orden, pero la diferencia entre Galli y Aguilera se acerca al orden del 3%, en lo que prácticamente sería un cabeza a cabeza no sólo en el plano local, sino también con un correlato en el provincial y nacional.
Hay más: una tercera encuesta –domiciliaria, en este caso- si bien no mostró expresamente cifras, mostró una tendencia a tener en cuenta: el posible corte de boleta. Los olavarrienses tienden a cortar boleta, y esas variables –en caso de profundizarse- podrían modificar el resultado de las elecciones. Incluso, ilusionan a quienes vienen un poco más de atrás, como el ex intendente José Eseverri.
“Los olavarrienses están eligiendo para las distintas categorías a tres partidos políticos distintos. El 40% de los encuestados dicen que piensan cortar boleta”, sugirieron desde el espacio eseverrista.
Así como se estrenó Stranger Things durante esta semana que pasó, cosas extrañas pasan con las encuestas. Todo parece tender al “cabeza a cabeza” pero las caras, la tranquilidad y las sensaciones serán el termómetro de estos –intensos- días.
La agenda local y el Impuesto a la Piedra
Hace tiempo que se busca instalar el tema. Parece que se está logrando, aunque es interesante en todas las miradas. El histórico “Impuesto a la Piedra” en el 70 aniversario de su creación está en la mirada de los candidatos, sobre todo de la oposición. Algunos quieren aumentarlo; otros quieren “distribuirlo mejor”; otros, fortalecer algunos aspectos propios como la forma de recaudar.
El Frente de Todos y Por Olavarría Todos, buscan llegar al histórico anhelo peronista: que se cobre el 4% de la alícuota por explotación de canteras, el porcentaje original que implementó el senador Oscar Lara hace 70 años.
Durante la gestión Galli hubo varios intentos por aprobarlo, incluso con un primer aval del intendente. Nunca se logró subirlo. La propuesta de los dos espacios, en el marco de un posible arribo a la gestión (sobre todo con Aguilera, quien es un candidato con aspiraciones concretas a llegar a la Municipalidad) es impulsar esa suba y destinarla a obras, también el destino original del Impuesto a la Piedra.
El eseverrismo, en toda su autocrítica, también piensa distinto: si llega al gobierno de la mano de José Eseverri, busca destinar el 50% de lo recaudado del Impuesto en obras para las localidades. Según su primer precandidato a concejal, José González Hueso, serían 1100 millones de pesos en cuatro años para las localidades del Partido, en un formato de “Presupuesto participativo” dada las elecciones de delegados.
De todos modos, Eseverri y Galli coinciden en un punto: no es necesario aumentar el Impuesto. Uno lo explica señalando que “se puede administrar mejor” acusando al actual intendente de destinarlo a gasto corriente. El jefe comunal, por su parte, señala que no es necesario aumentarlo porque tras algunos ajustes en los controles, se recauda mucho más.
Tal es así, que hubo algo que "dejó de ser" en cierto punto y se vio en la postura de Galli: primero acompañaba la intención de subir la alícuota al 4% histórico. Tras el rechazo en el Concejo Deliberante, señaló que era riesgoso y que mejorando los controles, bastaba y sobraba (algo que, en números, se corroboró).
Siempre sobrevoló, cabe recordar, la amenaza de “judicializar” el Impuesto a la Piedra y que de la intención de subirlo al 4%, el Partido de Olavarría se quede sin nada. Galli y Eseverri son más “conservadores”. Casualmente, son los que tienen experiencia de gestión y quizás avizoraron esa opción.
Aguilera es el más “atrevido”. Con una justa razón: es un reclamo histórico del peronismo local, es una histórica deuda con las localidades, y por sentido común corresponde que las empresas cementeras dejen más por la explotación de un recurso natural irrecuperable. Pero, a la hora de dar este salto, las variables cuentan todas por igual, y tanto la prudencia como la intención de aumentar esta alícuota son totalmente válidas. Veremos, en el desarrollo de la campaña, cómo se manifiesta este tema.
Inevitablemente se busca meter en la agenda de campaña. Y, comparado con otros temas que a veces buscan hacer daño en cuestiones privadas o personales, es sano: se está discutiendo sobre gestión.
De todos modos, la campaña es larga. Y puede pasar absolutamente cualquier cosa. Esta semana seguirá con recorridas, y veremos qué visitas nos sorprenden. O la sorpresa estará en la ausencia de dichas visitas.