“No hay códigos, es mucha la impotencia y la angustia”. Cada hecho delictivo es repudiable, pero cuando las víctimas son instituciones educativas esa palabra parece quedarse corta. Esa dificultad en la búsqueda de cómo encuadrar lo sucedido no exime a los propios damnificados y así lo demostró Romina Ferreira, directora del Jardín 928 en diálogo con Infoeme.
“Entró la auxiliar al jardín a las 11, vio la puerta del patio abierta y me llamó”, narró la docente acerca de la desagradable sorpresa con la que se toparon este mediodía. Las peores sospechas se terminarían por confirmar segundos después, cuando comenzaron a recorrer el resto del establecimiento ubicado en el barrio AOMA.
El tenor de lo sustraído deja expuesto que fue más de una persona o que, como mínimo, contó con algún tipo de soporte o colaboración desde la parte exterior para completar el escape. Se trató nada más y nada menos que de un televisor LED de 43 pulgadas, una notebook y un equipo de música. “Son todos elementos que utilizamos con fines pedagógicos”, aclaró y se lamentó Ferreira.
Por las características propias del hecho se estaría ante un “hurto”, por lo cual no quedaría cubierto por la póliza del seguro que es para robos.
La descripción de cada uno no es menor ya que puede servir para que algún ocasional y desprevenido comprador pueda estar atento. Se trata de una notebook HP y un televisor Western Electric “que habíamos comprado gracias al esfuerzo de la cooperadora, de las familias durante todo un año”, detalló. El equipo de música, por su parte, expresó que cuenta además con Bluetooth y que era utilizado para los actos.
“Se metieron con una institución educativas, ya no hay códigos, sentimos mucha impotencia y angustia”, concluyó. La denuncia ya fue radicada y el hecho es investigado desde la subcomisaría de Loma Negra, con la colaboración de personal de la policía Científica que ya realizó labores en el lugar.