El Programa Nacional de Educación Sexual Integral, Ley 26.150, fue promulgado en 2006 y establece que “todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal”. A 12 años de su sanción, sin embargo, su aplicación es parcial y está en marcha una reforma de la ley.
Hay sectores que se oponen a su implementación. En Olavarría, se pudo ver la acción del movimiento “Con mis hijos no te metas” en distintas escuelas tanto de gestión pública como privada.
Incluso se organizó para este sábado 3 de noviembre a las 17 una marcha bajo la consigna “Con mis hijos no te metas y Marcha para Jesús”. Durante la semana previa hubo una convocatoria por redes sociales y “puerta a puerta”. Llamaron a concentrar en avenida Pringles y Necochea para marchar por las calles de la ciudad.
Este movimiento también se hizo visible por parte de los estudiantes que repudiaron la presencia de carteles en el interior de un establecimiento educativo de gestión privada. También la comunidad anabautista menonita de Olavarría expresó su apoyo a la Ley. Además, la Dirección de Políticas de Género, dependiente de la Subsecretaría de Derechos, Igualdad y Oportunidades de la Municipalidad de Olavarría dejó de manifiesto también su total adhesión a la Ley Nacional 26.150/06 de Educación Sexual Integral.
La organización “Con mis hijos no te metas” se presenta en su página de Facebook como “un movimiento ciudadano que nace como reacción a la imposición de la ideología de Género en nuestros hijos mediante el sector educativo en los diferentes estados soberanos”.
Por su parte también se conoció una campaña donde difunden un modelo de carta con el fin de que los padres las hagan llegar a las autoridades de las escuelas y de esta manera impedir las clases de ESI.
Claudia Lajud, es Licenciada en Antropología, Especialista y Diplomada en Sociedad, Políticas Públicas y Género. Realizó además capacitaciones a docentes en el marco del Programa de Educación Sexual Integral.
En diálogo con Infoeme analizó lo que está sucediendo con este movimiento en toda Latinoamérica. “Es un movimiento contundente, muy vinculado a determinadas cuestiones confesionales”.
Lajud contó como experiencia reciente la última capacitación brindada en el encuentro “Diversxs e Iguales” que se desarrolló en nuestra ciudad y donde trabajaron con la inspectora de secundario Mónica Wagner, aspectos vinculados a la carta que llega a las instituciones por parte de este movimiento. La intención fue fortalecer a los docentes para que puedan dar respuestas a las familias y a los alumnos respecto a lo que significa realmente la ESI.
“La solicitud que hace este movimiento y este grupo de padres es que no den ESI desconociendo que se trata de una Ley. Están solicitando a las instituciones educativas que vayan en contra de la Ley”, afirmó Lajud.
La bandera principal de este movimiento tiene que ver con estar en contra de lo que ellos llaman “ideología de género”. Al respecto Lajud dijo que “en realidad se trata de derechos y de reconocimiento de las experiencias subjetivas y sociales de la población. No podes negar que hay sujetos políticos que deciden vivir su sexualidad de una manera diferente y no de acuerdo a su sexualidad sino a partir de su identidad de género”.
“Los chicos para estos padres son objetos”
Claudia Lajud analizó uno de los principales argumentos que esbozan los integrantes de este movimiento y propone trabajar para desarmar enunciados que se repiten muchas veces sin profundizar demasiado.
“Lo que los padres y las madres de estos grupos dicen es que la patria potestad o la responsabilidad parental están por encima del principio de los niños como sujetos de derecho. Entonces ahí hay una contraposición muy evidente: los chicos para estos padres son objetos”, señaló Lajud.
¿Por qué enseñar ESI en las escuelas? Uno de los objetivos tiene que ver con la posibilidad que brinda para permitir el acceso a esa información y formación, a través de la generación de climas de confianza y de respeto que habiliten el diálogo.
“El niño, la niña y el adolescente son sujetos de derechos, son sujetos políticos y tienen una ciudadanía sexual”, afirma Lajud y agrega un aspecto muy importante a tener en cuenta: “Educación sexual en las escuelas hubo siempre”.
Nuestros cuerpos han sido estudiados, mirados, calificados de distintas formas. La discusión pasa por si se abona a una perspectiva biologicista o una mirada integral que contemple la perspectiva de derecho, de género y el reconocimiento de un otro diverso.