A pesar de la globalización y de la fuerte occidentalización que han sufrido los pueblos originarios, muchas de sus tradiciones se mantienen vivas más de cinco siglos después de la conquista. Una de ellas es la celebración del Día de la Pachamama cada 1° de agosto. Es una festividad en la que se le rinde culto a la Madre Tierra, agradeciéndole y pidiéndole prosperidad y salud. Entre los muchos rituales que se realizan durante todo el mes, se destaca la bebida que se toma en esta fecha: la caña con ruda.
Para los pueblos originarios es un día de conexión con la naturaleza y de agradecimiento hacia ella. Se le ofrece a la Madre Tierra comida, vino, bebidas y tabaco en forma de gratitud y como un pedido de abundancia para los tiempos que vendrán.
Entre las muchas tradiciones que se llevan a cabo durante todo agosto, el 1 de este mes se bebe caña con ruda. Antiguamente, los pueblos originarios del norte de nuestro país, Perú, Bolivia y Paraguay, utilizaban este preparado para hacer frente al frío invernal que causaba la muerte de mujeres, niños y ancianos. Es por ello que lo utilizaban como una medicina casera y luego se fue incorporando a la celebración de la Pachamama. Pero no se puede hacer de cualquier manera, su preparación y el modo de ingerirlo en sí constituye todo un ritual.
La preparación comienza un mes antes, cuando se pone a macerar una rama de ruda macho dentro de una botella de caña blanca. Esto se realiza el 1 de julio. El procedimiento es bastante simple. En una botella, que debe estar limpia, se coloca la bebida hasta tres cuartos de su capacidad. Luego se agregan las hojitas de esta planta aromática. Debe conservarse durante el mes en un lugar oscuro y fresco.
La forma de beberlo también constituye todo un ritual. Se toma en ayunas para poder limpiar así el cuerpo de manera física y espiritual. La tradición indica que deben ingerirse tres sorbos pequeños, aunque algunos prefieren que sean siete. Además, se le convida un chorrito a la Pachamama, echándolo sobre la tierra, que puede realizarse en una maceta. Al mismo tiempo, se debe decir la palabra en aymará “kusiya” dos veces. De este modo, se le pide ayuda a la Madre Tierra.