El Ingeniero Civil Joaquín Marinaro propuso un rediseño vial en el cruce de las avenidas Pringles y Del Valle, uno de los puntos más transitados de la ciudad. Ambas avenidas son de acceso y egreso del casco urbano en su prolongación , conducen a zonas céntricas, industriales y escolares. Uno de los datos tomados para su propuesta es que entre los años 2010 y 2018, alrededor de 10 mil vehículos se sumaron al parque automotor de Olavarría. En la defensa de su trabajo final de carrera de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN detalló que “este crecimiento se desarrolló en una infraestructura urbana que no se vio modificada a tono con el ritmo, lo que de alguna manera deterioró tanto el confort de la circulación como la seguridad vial”.
Esta problemática surgió con anterioridad, en la Mesa de Logística local de la cual participa e integra la Facultad de Ingeniería de la UNICEN. Allí se plantearon aspectos de seguridad en base al cruce de la avenida Del Valle con las vías del tren y la proximidad de la rotonda. En este marco, y luego de un estudio de prefactibilidad técnica, Marinaro manifestó como posibilidad la realización de un paso subterráneo, que a diferencia del puente de la avenida Colon sería más “limpio” visualmente y generaría menos ruidos. En simultaneo, la rotonda sería reemplazada por semáforos.
“Si vemos Olavarría desde arriba, veremos que tanto las vías férreas como la avenida Del Valle cortan la ciudad por el medio, quedando esta intersección muy cerca del centro geométrico de la ciudad. Podemos decir que está ‘en el medio de la ciudad’. Claramente es una intersección urbana”.
El ingeniero Marinaro identificó que casi el 70% de los vehículos que pasan por las intersecciones de ambas avenidas, cruzan las vías. El 83% son vehículos livianos. “Si vemos Olavarría desde arriba, veremos que tanto las vías férreas como la avenida Del Valle cortan la ciudad por el medio, quedando esta intersección muy cerca del centro geométrico de la ciudad. Podemos decir que está ‘en el medio de la ciudad’. Claramente es una intersección urbana”, describió el flamante ingeniero. En esta línea, agrego que “la actual infraestructura no logra regular los diferentes modos de transporte, necesaria tanto para conductores como para peatones”.
“Si vemos Olavarría desde arriba, veremos que tanto las vías férreas como la avenida Del Valle cortan la ciudad por el medio, quedando esta intersección muy cerca del centro geométrico de la ciudad. Podemos decir que está ‘en el medio de la ciudad’. Claramente es una intersección urbana”.
Este proyecto propone un túnel subterráneo, que lleva el nombre de ‘paso bajo nivel’. Esta medida reduciría a cero los riesgos de colisiones sobre las vías del tren. Además, la instalación modificaría el cruce de las calles Amparo Castro y 9 de Julio, debido a que allí se construirían las rampas de acceso y egreso. También, se construiría un carril por sentido (restringido a vehículos pesados) debido al volumen de tránsito que hay en demanda.
En base a los cálculos de Marinaro el 67% del tránsito circularía por allí. “El bajo nivel tiene ventaja de zonificación, puede estar ubicada en una zona comercial o de viviendas sin afectar su entorno, en cambio cuando vemos lo que genera por ejemplo un puente, es todo lo contrario. La contaminación visual, sonora y la falta de privacidad que genera que un auto pase a la altura de un tercer piso son impedimentos muy grandes en zonas comerciales y de viviendas”, concluyó el joven ingeniero.