Mucho se habla sobre la sensibilidad de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) a los sonidos de alto impacto, pero esta afección influye en cada persona de manera distinta y “cada caso es un mundo”.
Las Fiestas son parte de uno de los momentos del año en que ciertas costumbres, como el uso de pirotecnia, comienzan a cuestionarse. En este marco Infoeme habló con Solange Lerchundi –mamá de Andy-, un pequeño de cinco años con autismo.
Sobre su experiencia con Andy, Solange relató que “cando era bebé los sonidos fuertes parecían no significarle una molestia”, sin embargo esto comenzó a cambiar con el paso del tiempo: “A los dos años y medio empezaron a molestarle los ruidos”.
Hasta los cuatro años, la situación fue fluctuando, Andy se mostraba muy asustado con los sonidos de las motos “lo alteraban mucho”. Pero en la actualidad el tema es muy selectivo.
En este sentido, Solange explicó que si él va por el sonido “lo absorbe totalmente” y ejemplificó que “si se acerca a un parlante no le afecta”, pero la situación puede cambiar radicalmente “cuando el sonido viene desde el exterior, le llega sin previo aviso y lo sorprende, ahí resulta la molestia”, sentenció.
“Las veces que ha ganado boca y salimos a festejar, él se muestra muy feliz, pero en el jardín cuando cantaban el feliz cumpleaños a viva voz él se tapaba los oídos o se retiraba del lugar”, detalló la mamá del niño.
En la jornada del miércoles, el Municipio anunció que no autorizó ningún local de venta de pirotecnia en el marco de la campaña “Más luces, menos ruido”. Sobre esto, Solange se mostró muy feliz y emocionada: “La verdad que de a poco se va visibilizando, se va generando empatía con el autismo y los animales que sufren mucho”, sostuvo.
“En una sociedad tan egoísta y tan poco solidaria una noticia de estas me llena el alma de felicidad, fiestas con más amor para toda Olavarría ‘Mas luces, menos ruidos’ es nuestro lema”, concluyó.
Foto/ Video: Instagram @el_diario_de_andy_tea