Amenazaba con ser una audiencia clave, pero con el correr de las horas pasó prácticamente a la intrascendencia. Primero por el tenor de las pocas declaraciones que se escucharon, luego por los continuos y dilatados cuartos intermedios que prolongaron todo hasta horas del mediodía.
Así transcurrió la cuarta jornada del juicio por Fernando Palahy, el comerciante del barrio Trabajadores que fue asesinado en un intento de robo en 2016. La expectativa, y por qué no la incertidumbre, era considerable y el clima en lo pasillos de la sede de justicia de Azul lo delataba.
Un importante marco de público, tanto del lado de la víctima como de los acusados copó gran parte de un extremo de la sala. Pero la permanencia allí fue mínima, ya que la primera testigo pidió que se desaloje la sala por temor. El pedido incluyó a los imputados, que siguieron su testimonio por medio de una cámara conectada a un ambiente lindero.
Todo hacía presuponer que su declaración sería contundente y así inició al describir una presunta discusión entre Walter Ariel Leal y Fernando Palahy en el almacén del barrio Trabajadores. “Ya vas a ver”, le habría dicho el “tata” al comerciante ante la negativa de fiarle una cerveza.
Sin embargo, esa narración perdió fuerza cuando el turno de las preguntas fue para la defensa. Ese entrecomillado mutó hacia un “qué te voy a pagar a vos” y el clima ya no era tan agresivo, según añadió.
Ese cambio no fue advertido únicamente por la defensora oficial Soledad Kelly, sino que uno de los jueces del Tribunal indagó sobre esa cuestión y la testigo ratificó esta última descripción, haciendo que las partes opten por no preguntarle más.
“Siempre por terceros, no hablo por mí”
El segundo de los testimonios también fue ofrecido desde la querella y correspondió a la persona a la que Fernando Palahy le había comprado el comercio y quien lo tiene en la actualidad. “Está aún el buraco que dejó la bala, está intacto eso”, narró.
Su intervención también no arrojó demasiadas precisiones sobre el hecho en sí, ya que el hombre llegó al lugar varios minutos después del ataque a la despensa. “Siempre por terceros, no hablo por mí”, expresó una y otra vez acerca de las distintas versiones que había llegado a conocer.
Fue así que narró lo que le dijo una vez un remisero y también un papel que le habían entregado y que, presuntamente, decía dónde estaba el arma homicida. Tal cual lo recibió lo entregó a la justicia, según expresó.
El tercer y último testimonio, que ya correspondió a la defensa de Diego Pais, podría decirse que fue el único que arrojó datos interesantes. Se trata de la ex nuera del acusado, quien relató que aquel día Pais estuvo en su casa desde la noche anterior y hasta mediados de la tarde. En otras palabras, ubicó al imputado en otro sitio en el mismo momento en el que ocurría el asalto fatal.
Nuevamente fue el juez Gustavo Borghi el que pidió precisiones y la testigo dijo que lo tuvo a Pais a la vista desde la noche anterior hasta las 3 o 4 de la tarde. Vale destacar que el crimen se registró en horas del mediodía.
Cuartos intermedios y nueva fecha
Toda la audiencia fue parsimoniosa y con demoras, al punto de haber iniciado una hora más tarde de lo pautado. Esa situación se debió a que el fiscal que encabeza la querella, el doctor Cristian Citterio, es además fiscal de General Alvear, donde esta mañana fue hallado un cuerpo sin vida. El funcionario debió permanecer allí hasta concluir diversas medidas de prueba.
Ya con el debate iniciado se produjeron dos cuartos intermedios que sirvieron para resolver diversos pedidos en la partes, en su mayoría vinculados a la citación de testigos. Fue allí que se descartaron dos personas que habían sido ofrecidas desde la defensa para contraponer los dichos de la pareja del padre Leal. “Contradecir una circunstancia y no la mención completa no abastece el pedido”, justificó el juez Joaquín Duba.
Lo que se acordó también es seguir todo el próximo jueves, con la presencia de dos testigos que ya habían citado para esta jornada en carácter “compulsivo”. En otras palabras, la policía los fue a buscar y no los encontró. Ahora restará conocer cómo se asegurarán poder lograrlo. Lo que también grafica la situación es lo que sucedió con otro testigo que se encuentra en la Unidad 2 pero no fue trasladado por falta de móviles, según se habría argumentado desde el Servicio Penitenciario Bonaerense.
Serán 5 en total los testigos, con la incertidumbre acerca de si declararán los acusados. Luego, y finalmente, será el momento de los alegatos. Tras ello se conocerá la fecha de la lectura de la sentencia.