Infoeme tomó imágenes con cámaras y un drone para captar los cambios culturales originados a partir del nuevo Sistema de Estacionamiento Medido.
La ampliación de las zonas, las tarifas y el miedo a las multas originan nuevos hábitos en los olavarrienses que optan por caminar unas cuadras dejando sus coches detrás del Arroyo- sobre Riobamba y Vergara-, para evitar el gasto o esquivarle a las multas.
La picardía para “no pagar” y evitar el nuevo sistema fue modificando el paisaje urbano de la ciudad. Tal es así que las calles céntricas, que solían estar colmadas de vehículos, actualmente se encuentran un tanto desérticas.
Son unos pocos los automovilistas que eligen dejar su auto sobre las arterías comprendidas por el nuevo Sistema y esto trajo aparejada una descongestión vehicular que alertó a los comerciantes de la zona.
La preocupación fue tal que los mercantiles se unieron y tomaron medidas: realizaron bocinazos, juntaron firmas e inclusive presentarán un petitorio –con 1200 firmas- ante la Defensoría de Pueblo. En sintonía, el concejal Juan Sánchez, del “Bloque de los trabajadores” solicitó la creación de una Tarifa Obrera.
Los días pasaron y, lejos de ir acostumbrándose, se complejizó la “adaptación” a la moderna y tecnológica iniciativa. Esto se vio reflejado en las costosas multas que generaron resquemor en los usuarios desde el 11 de marzo, día en el que comenzó a regir la obligatoriedad tras el mes de prueba.
En síntesis, habrá que ver qué sucede en el tiempo con la propuesta, que hasta el momento motiva a los vecinos a caminar unas cuadras de más y a zigzaguearle a las sanciones.