La idea es de la estudiante de 7º año de la Escuela Técnica Nº 3 de la localidad, Magalí Frappa. La adolescente fue guiada por el profesor de Informática y jefe de área, Ariel Pérez.
Según explicó Pérez en diálogo con Resumen de Pilar, la iniciativa nació en el marco del trayecto de robótica y mecatrónica que la institución aborda con placas Arduino.
Sin sensores
Esta propuesta tenía un desafío adicional: funcionar sin sensores ni componentes electrónicos expuestos, un objetivo poco habitual en este tipo de dispositivos.
"Pensar una alarma sin sensores ni placa era todo un desafío, porque cuesta imaginar algo que pueda activarse sin componentes electrónicos", señaló el docente.
Boya y péndulo
La idea tomó forma cuando Magalí planteó la necesidad de diseñar un sistema de alerta tras ver reiteradas noticias sobre accidentes en piscinas durante el verano. El dispositivo desarrollado por la alumna funciona como una boya flotante completamente hermética, donde no hay ningún sensor en contacto con el agua. El mecanismo de activación es completamente mecánico: un péndulo interno calibrado detecta el movimiento brusco generado por el oleaje y activa una señal sonora de inmediato.
Como aclaró el profesor, el proceso de desarrollo presentó varios retos técnicos. Primero, lograr que la estructura flotara de forma estable. Luego, asegurar la hermeticidad del dispositivo para proteger las baterías internas. Finalmente, ajustar con precisión el péndulo para que responda al movimiento del agua sin activar falsas alarmas.
Bajo costo
Entre sus ventajas, el dispositivo destaca por su bajo costo, ya que termina costando menos de 30 mil pesos. Esto lo que lo convierte en una opción viable para familias, clubes o natatorios. Además, gracias a su autonomía las baterías permanecen en modo de espera entre 25 y 30 días sin perder carga, lo que reduce al mínimo el mantenimiento.