Según el relevamiento realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el crecimiento se vio favorecido por la combinación de un clima templado, una agenda nacional muy activa y el formato de cuatro días, que amplió las posibilidades de viaje.
La estadía promedio fue de 2,3 noches (un 15% superior a 2024). Este incremento, como así también el número de movilizados, se explica en parte porque el año pasado el fin de semana tuvo sólo tres días.
El gasto promedio diario por turista fue de $91.317, un 3,7% menor en términos reales que en 2024, lo que refleja un comportamiento más austero, aunque con un sostenimiento del consumo básico en gastronomía, alojamiento y transporte.
Los destinos más elegidos del fin de semana largo
Los destinos con mayor movimiento fueron Mar del Plata, Córdoba, Puerto Iguazú, Mendoza y las ciudades termales de Entre Ríos, que alcanzaron ocupaciones muy altas. También se destacaron Bariloche, Salta, Tucumán y los corredores serranos bonaerenses como Tandil. En la Patagonia sobresalieron El Calafate, El Chaltén, Puerto Madryn y Los Antiguos.
CAME destacó que la ocupación hotelera en Mar del Plata superó el 75%, con un intenso arribo de turistas desde el jueves. En la costa norte bonaerense, Pinamar registró un 66,7% de ocupación promedio, según datos oficiales difundidos por el municipio. Y en La Plata, la ocupación promedió el 80% entre sábado y domingo
En lo que va del año se celebraron siete fines de semana largos, en los que viajaron 11.964.940 turistas por el país. Estas escapadas representaron un movimiento económico estimado de $2.722.208 millones, equivalente a US$1944 millones.
El impacto de estos feriados fue significativo no sólo por la cantidad de personas movilizadas, sino también por su efecto dinamizador sobre las economías regionales, lo que beneficia a miles de pymes vinculadas con la actividad turística.