La nueva sesión ordinaria del Concejo Deliberante realizada este jueves en el recinto de la Sociedad Española tuvo su primer gran debate: un proyecto que manifestaba preocupación por la aguda situación de la comunidad científica de Olavarría y todo el país generó contrapuntos, ataques y varias respuestas.
La propuesta, presentada por Foro Olavarría, buscaba continuar el acompañamiento político que comenzó en el “Cabildo Abierto” en defensa de la ciencia realizado este miércoles en el Paseo Jesús Mendía.
“Es una dramática situación que atraviesa el sistema científico argentino. Este recorte no solo afecta al Conicet, sino a todos los organismos científicos y tecnológicos como el INTI o INTA” explicó Eduardo Rodríguez, y señaló que “el monto del ajuste es escalofriante”.
Gabriela Delía leyó el manifiesto realizado en la jornada educativa, donde dejó en claro que la situación promueve “la expulsión de los jóvenes científicos que van al éxodo. Hay paralización de proyectos, que no cuentan con el mínimo de fondos de desarrollo. Solo un 13% de científicos de la Unicen ingresaron a Conicet”.
Einar Iguerategui, a su vez, señaló advertencias del posible colapso del sistema de Ciencia y Tecnología. “Como en muchos otros puntos Macri le mintió a la gente. Se comprometió a mantener equipos de gestión, a mantener los fondos, y sólo dejó a un Ministro que fue cómplice del vaciamiento de la ciencia en nuestro país”.
A su vez, agregó que “Cambiemos impidió durante mucho tiempo que autoridades de la comunidad científica elegidas por sus pares asuman en los cargos. Para Cambiemos, la ciencia es un gasto, no les interesa el futuro”.
Alicia Almada profundizó en las críticas y destacó que “desde el minuto 1 de este gobierno el ámbito académico está en estado de alerta y movilización”. Tal es así, que leyó la “postura” del gobierno (con un refuerzo de mil millones de pesos) que tuvo una respuesta contundente de la comunidad científica, que señaló que “no alcanzaría, para el manifiesto, que justamente pide un plan de crecimiento en serio para la ciencia argentina”.
Alejandro Gregorini fue quien defendió la postura oficial: valoró, en primera instancia, la “forma ‘civilizada’ de la comunidad científica en dar a conocer su reclamo, por medio de un programa de preguntas y respuestas, en vez de quemar gomas y molestar al vecino”.
Valoró la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología a cargo de Jorge Elustondo, y señaló que los PBI de otros países “es mucho más importante”. El gobierno argentino “respondió con lo que puede, teniendo en cuenta el difícil contexto del país. Si la comunidad científica no está conforme en octubre habrá elecciones y sabrán expresar las mejores opciones para su crecimiento” dijo Gregorini.
Llegó la lluvia de respuestas: Eduardo Rodríguez y Einar Iguerategui señalaron como “vergonzoso” la respuesta de Gregorini en torno a cómo se masificó el reclamo de los científicos, mediante un programa de Santiago Del Moro. “Si Vidal valora la ciencia porque creó un Ministerio, ¿Macri no la valora porque lo eliminó?” atacó el edil eseverrista
“Están ahí de mandar a lavar los platos a los científicos”.
Alicia Almada también se sumó a las críticas y señaló “la puesta en escena” de la científica, que era la esposa de un funcionario de la ciudad. Juan Sánchez también participó y criticó la postura del oficialismo, tal como sucedió con todos los concejales después de la postura de Gregorini.
Al momento de levantar las manos, el proyecto se aprobó por unanimidad. Pero el debate dejó mucho más que las manos levantadas.