Según informó el Indec en la jornada de este miércoles, la canasta básica sufrió un importante aumento en el mes de febrero y, en la comparativa con enero, se incrementó un 4,3%. En un año, la línea para no ser pobre aumentó un 57% en un año.
De acuerdo al informe, la canasta básica para una familia tipo (integrada por dos mayores y dos menores) necesitó de ingresos por $ 27.570 para no ser considerada pobre.
La canasta básica total (que suma otros productos vinculados a limpieza, y demás) tuvo el mencionado porcentaje de suba en un mes y para no caer en la indigencia, el mismo núcleo familiar requirió de ingresos superiores a $ 11.117.
Llevado al plano de una sola persona, necesitó de $ 8.922,47 para cubrir sus necesidades básicas alimentarias, sin contar alquiler, servicios, transporte y gastos de telecomunicaciones. Para el caso de la indigencia, en tanto, se dividen esas mismas variables, cubriendo muchas menos necesidades nutricionales.
En febrero de 2018, cada persona necesitó $ 5.675,69 para no ser pobre y $ 2.261,23 para no caer en la indigencia.