El estudio, elaborado a partir de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), analiza cómo se sostienen económicamente las familias más allá de los ingresos laborales y revela cambios profundos en las formas de administrar el presupuesto doméstico.
Y precisa que cuatro de cada diez de los hogares del país usó ahorros o vendió pertenencias, pero con mayor incidencia en los sectores bajos. En el estrato alto, compuesto por los dos deciles de mayores ingresos (algo más de $2 millones), el 37,1% recurrió a estas estrategias; en el medio, el 40,6%; y en el bajo, el 42,8%.
En cuanto a la solicitud de préstamos de los hogares, en el estrato de ingreso alto y medio hay una mayor cantidad que se endeuda con entidades bancarias y financieras. Dentro del estrato de ingreso bajo, predomina el endeudamiento informal con su entorno. De hecho, casi un cuarto de este sector le pidió plata a la familia o amigos.
En tanto, el informe marca que existen diferencias marcadas en el acceso a mercaderías que reciben desde otros hogares, sean familiares o no familiares. Entre los sectores medios y altos, la ayuda entre hogares es superior a la que entregan las organizaciones estatales, las no gubernamentales y las iglesias. Esta relación se invierte entre los sectores del estrato bajo.