Máximo Thomsen, uno de los rugbiers condenados a prisión perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa, presentó fuertes síntomas de depresión que alertaron a las autoridades del penal de Melchor Romero, donde está detenido.
Thomsen, que se descompensó al escuchar el veredicto del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de la ciudad de Dolores, era "el líder del grupo" y quién "más golpeó" a la Báez Sosa mientras estaba desvanecida en el suelo.
"Los ocho rugbiers están con una medida de resguardo de integridad física por miedo a que se lastimen ellos mismos por la depresión que padecen. "Hay temor de que puedan suicidarse", dijeron fuentes penitenciarias,
En las últimas horas se conoció la carta que escribió Thomsen de puño y letra. "Siento claustrofobia, espero que me disculpen por darle patadas al buzón -nombre que usa para llamar a la celda actual-", decía la carta.
Thompen le dio reiteradas patadas a la celda en donde se encuentra detenido. Recién logró calmarse cuando fue visitado por un pastor, quien le entregó una Biblia como material de lectura.
Desde el Servicio Penitenciario tomaron todos los recaudos y una serie de medidas de seguridad para que el joven no atente contra su vida.
Thomsen es uno de los cinco "coautores" del delito de "homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas".
Si bien los ocho acusados estuvieron de pie en el momento de la lectura de la sentencia, tras escuchar la condena, Thomsen se sentó en su asiento y ya dio síntomas de haberse descompuesto, lo que fue advertido por su madre.
"Esto es todo una mentira, saquen a todos los periodistas, la puta que los parió. Tres años torturándolo, No me importa más nada", dijo a los gritos Rosalía Zàrate, en medio de la sala de audiencias apenas vio a su hijo desvanecerse.
El joven fue atendido por médicos y sacado de la sala de audiencias, por lo que el tribunal interrumpió la lectura algunos minutos.