Un niño protagonizó un curioso momento durante la Audiencia General de los miércoles en el Vaticano cuando, al subir al estrado, corrió esquivando las sillas de los colaboradores del Papa Francisco e intentó quitarle el solideo blanco al sumo pontífice.
El hecho ocurrió previamente a que Francisco iniciara la catequesis dedicada a la "libertad"; el pequeño subió al estrado, se sentó en la silla del prefecto de la Casa Pontificia Leonardo Sapienza a un costado del Papa y pidió el solideo, el tradicional casquete blanco de seda del pontífice.
El Papa celebró lo ocurrido y expresó: "Este niño tuvo la libertad de acercarse y moverse como si estuviera en casa". Por otra parte, el sumo pontífice consideró la actitud del niño como "una lección que nos ha dado a todos", afirmó: "Los niños no tienen un traductor automático del corazón a la vida, el corazón va adelante".
"Que el Señor lo ayude en su limitación y en su crecimiento" pidió el Papa, ya que el joven posee una discapacidad. Posteriormente destacó que "Jesús nos dice que si no hacemos como los niños, no entraremos en la casa del señor".
Luego de que el niño quisiera sacarle el solideo al sumo pontífice, los colaboradores del Papa le entregaron uno y volvió a ubicarse con su familia entre los fieles.