En estos momentos donde controlar la propagación de la infección del Covid-19 en las cárceles bonaerenses es un tema prioritario, los directivos de la Unidad Penitenciaria N° 27 continúan trabajando y redoblando las medidas de prevención tanto entre los agentes, como entre los internos. La intención es proteger la salud y el bienestar de todos aquellos que viven, trabajan y visitan estos entornos y la población en general.
Entre las acciones que se llevan a cabo se encuentra el registro de la temperatura corporal a los agentes antes de atravesar el ingreso a la cárcel, llegan con indumentaria civil y al ingresar se cambian al igual que al retirarse al finalizar la jornada laboral. El personal de vigilancia presta servicio con todos los elementos de bioseguridad correspondientes.
Por otra parte, los agentes que desarrollan actividades en la sección talleres realizan fumigaciones en toda la dependencia con hipoclorito de sodio para desinfectar. Los internos reciben un control permanente de los médicos del área sanidad y el sector destinado a aislamiento preventivo de los internos fue preparado con diez plazas. En tanto que los detenidos que integran el taller de costura solidaria se encuentran abocados a la confección de barbijos, camisolines y cofias para personal, internos y entidades que lo soliciten.
Estas acciones más el correcto acceso a la información y la provisión adecuada de atención médica, incluidos los trastornos mentales, son aspectos esenciales para preservar los derechos humanos en contextos de encierro. Una emergencia de salud pública de interés internacional requiere una respuesta global que incluya medidas tomadas dentro de las cárceles ya que controlar la propagación de la infección en estos entornos es esencial.