La joven olavarriense se encuentra en oriente por un intercambio deportivo y a poco de arribar a Taiwán comenzó a hablarse en el mundo sobre el COVID-19, varios meses después cuenta cómo es su vida al otro lado del mundo.
A pesar de que tan sólo alrededor de una veintena de países en el mundo reconocen a Taiwán como país independiente, la “provincia renegada” de China -como lo reconoce la misma ONU- ha logrado contener la pandemia desde el inicio mismo de su surgimiento contabilizando menos de mil casos.
En medio de un conflicto político de larga data con el país donde se originó la crisis mundial, la isla tiene entre sus 24 millones de habitantes la presencia de la olavarriense Ludmila Zarate que llegó en diciembre pasado y dicta clases de taekwondo.
“Acá no hay cuarentena, podemos hacer vida normal y la información se actualiza constantemente por eso sabemos que llegó un barco del ejército naval infectado y los casos aumentaron” comienza diciendo desde el otro lado del mundo la deportista para después comentar que entre las primeras medidas del gobierno taiwanés se decidió cerrar las fronteras con los países donde se registraran casos.
Con menos de mil casos registrados y a pesar de la negación de la Organización Mundial de la Salud por contabilizarlos como un país independiente, Taiwán pudo controlar la pandemia mucho antes de que infectara al mundo y sobre ello también opinó la olavarriense: “nos cuidamos mucho y el gobierno es muy responsable con el tema, la gente ya usaba barbijo de manera cotidianamente por la contaminación y esas pequeñas costumbres ayudaron y mucho”.
“Tienen experiencia de virus anteriores” declara la taekwondista mientras que los medios del mundo hacen hincapié en la advertencia emitida desde Taipei sobre un nuevo virus en China que causaba una neumonía atípica.
Ludmila Zárate no está sola, viajó acompañada de Fiorella Orlando -también deportista- y dictan clases de taekwondo haciendo valer sus cinturones negros certificados por la Federación Internacional: “seguimos trabajando a full y aún más porque además de las clases hay gente que elije quedarse en casa entonces enseñamos on-line”.
Las dos deportistas combinan su tiempo entre el deporte, el turismo y la cultura asiática que se encargan de darla a conocer a través de sus redes sociales donde “en vivo” enseñan idiomas “lo básico porque es bastante complejo”, muestran los paisajes y la cultura “porque la gente nos pregunta mucho como es todo por acá”.
“Pensamos que ahora que la gente está en su casa sin saber qué hacer, estaba bueno compartirles lugares, dar a conocer y aprovechar que acá todavía se puede salir” cuenta la joven que aclara que la obligatoriedad de la cuarentena dependerá “de cómo avance todo, pero ojala que el trabajo de estos meses valga la pena”.
A pesar de las 11 horas de diferencia entre Taiwán y Argentina, la olavarriense contó que “la gente se copó con la interacción en redes” y con la familia nos “comunicamos por WhatsApp y videollamadas, ellos siempre están conectados y compartiendo las cosas pero al principio tuvimos que trasmitir un montón de tranquilidad” dijo y sentenció que “ahora somos nosotras las preocupadas por cómo viven allá”.