Alexis Grierson
@alexisdechillar
No es un escenario cualquiera. Es, quizás, el de mayor particularidad en años. Porque hay algunos puntos políticos para analizar, pero la pandemia por el Coronavirus y lo que sucede con el Dengue ganó en agenda y en preocupación en todo el arco político.
Mientras se aguardan las novedades y nuevas medidas, con todas las actividades paralizadas, la vida política estará abocada, con justa razón, a contener una pandemia que genera preocupación en todo el mundo. Mientras tanto, algo se puede analizar (aún).
A.C – D.C (Antes del Coronavirus, después del Coronavirus)
Antes de las alarmas (entendibles y a tiempo) del Coronavirus, el escenario pasaba pura y exclusivamente por lo económico. Desde la deuda externa, pasando por lo que sucede en los Municipios –con Olavarría incluido- el escenario complejo vinculado al futuro económico generaba cada vez más preocupación.
En el Municipio no hubo muchos cambios. Incluso, todo va “con lo justo” y es un análisis que se hace mes a mes. El Intendente lo había dicho hace un tiempo, luego de asumir su segundo mandato: la comuna no está “en rojo” pero sí se le asemeja a un color anaranjado.
Salvo algún anuncio rutilante (como el de la licitación del transporte interurbano, con novedades en paralelo sobre el concurso preventivo de crisis de Ola Bus) no habrá obras importantes en Olavarría, mucho más con el aviso de la delicada situación de Provincia y Nación.
El problema es justamente ese. Salvo una mano de Provincia y/o la gestión encabezada por Alberto Fernández, el Municipio pasó (y pasará) estos meses “raspando” para pagar sueldos y liquidaciones correspondientes. Con poco dinero para obras e inversiones, la austeridad será la palabra clave de aquí en más. Aunque haya enojos de algunos proveedores que aguardan el pago de sus servicios. Nobleza obliga, hubo un entendible e importante anuncio de declarar la Emergencia Sanitaria en el Partido de Olavarría: destinar los fondos para prevenir y actuar no sólo con el coronavirus, sino con el dengue, parecieran ser prioridad por estas horas.
Ni que hablar en la Nación: si bien el avance de la renegociación de la deuda iba a paso firme, el Coronavirus puso freno y habrá que esperar para avances en ese tema. Síntomas positivos hubo: el Indec dio a conocer la cifra de la inflación y fue una de las más bajas en mucho tiempo, del 2%. Pero el caos internacional generó descalabros en las economías y Argentina, en ese tema, se encuentra en terapia intensiva.
Son todxs oficialistas
Caso curioso el de Olavarría. Los dos principales sectores políticos de la ciudad son oficialistas, actúan como oficialismos y funcionan con completa independencia del otro. Con estructuras comunicacionales propias, con estrategias y formas de ver la política, el Gobierno Municipal y el sector encabezado por el funcionario provincial Federico Aguilera se mueven como dos oficialismos paralelos.
Los dos, en tanto, intentan imponer su agenda. El éxito, por estos días y de forma más que entendible, la lleva el gobierno de Galli, con las campañas preventivas de Coronavirus y Dengue a la cabeza.
De todas maneras, es un escenario interesante: pasamos de la extrema polarización electoral a una polarización más vinculada a la gestión. Aguilera y Valicenti (líderes del Frente de Todos en Olavarría) se muestran con gestiones que incluso exceden el cargo de subsecretario de Minería (el anuncio de la llegada de las Tarjetas Alimentar es un buen ejemplo) pero basados en acciones o gestiones en pos de mejorar la calidad de vida de los olavarrienses.
El Gobierno Municipal, por obvias razones, es el oficialismo más cercano que tiene Olavarría. Con Ezequiel Galli a cargo, de Juntos por el Cambio, tiene gran parte de la agenda de los vecinos a cargo. Con sus cosas buenas y malas.
De ser paralelos por no coincidir en ideas, a ser paralelos por gestiones. Si bien ha habido reuniones entre Galli y Aguilera (y Valicenti) por algunas gestiones tales como los controles de carga a transportes mineros o la visita de Ministros a la ciudad, parecieran recorrer caminos parecidos (muy parecidos) pero separados.
No es para subestimar
Mientras tanto, muchos ciudadanos critican –con extraña dureza- las medidas tomadas por los gobiernos nacional, provincial y local sobre la pandemia del Coronavirus.
Entre las alarmas y la preocupación por lo que pasa en el mundo, los tres gobiernos se encuentran trabajando para que no haya una expansión masiva y la comunicación, dentro del agudo proceso de crisis que azota el mundo entero, ha sido sumamente positiva.
Quizás es una pandemia donde la empatía debe prevalecer por sobre todas las cosas: si viajaste al exterior, y querés cuidar al de al lado, sea un familiar o un completo desconocido, se debe respetar a rajatabla la cuarentena. Mismo caso seguir los pasos correspondientes del protocolo ante posibles síntomas.
Ni que hablar lavarse las manos, algo tan simple pero tan fundamental. Hace tres años oíamos seguido la frase “cuidarse y cuidar al de al lado”. En este caso, funciona igual.