Alexis Grierson
@alexisdechillar
Lo que parecía algo raro hace un par de semanas, ahora ganó en temperatura: el clima de campaña llegó y estamos, exactamente, a 7 días de las PASO. Con actos multitudinarios, recorridas, medios y visibilidad, los precandidatos se preparan para el sprint final que los tendrá como protagonistas hasta el jueves, donde cerrará la campaña.
Pasaron muchas cosas, pero quizás el hecho de la semana fue lo sucedido el viernes en El Fortín, con la llegada del candidato a gobernador Axel Kicillof, que eligió Olavarría para cerrar la campaña en el interior de la Provincia. Fue un importante espaldarazo para la candidatura de Aguilera, no sólo por el acompañamiento (más de 2.500 personas confirmaron desde el propio club) sino que además resultó una inyección de motivación para la militancia de encarar los últimos días casa por casa, de discutir en sus ámbitos el panorama electoral y posicionar a los candidatos del Frente de Todos como alternativa de gobierno.
Quizás se ratificó algo que se intenta muchas veces instalar discursivamente y no se puede aplicar en la práctica: cuando señalan que es “volver para ser mejores” es ser “críticos”, pero no quedarse en esa zona, sino que se busca proponer y mostrar que hay “propuestas alternativas” para gobernar.
Kicillof elogió hasta el cansancio al joven Aguilera, y ahora ese empujón de militancia lo plantea como posibilidad, quizás en un momento clave para el cansancio de precandidatos, militantes y periodistas: con el empujón de Alberto Fernández y el propio Kicillof, se pueden quedar con todo.
En el medio, hubo una situación: el precandidato a Intendente del Frente de Todos se reunió con el Sindicato Luz y Fuerza, hecho llamativo para la política dado que dicho gremio no suele manifestarse políticamente. Y con otro agregado: mientras que la “gerencia” tanto de Coopelectric como del sector eléctrico acompañan a Galli (con candidaturas, incluso, tales como la de Nicolás Marinangeli, Ignacio Aramburu y Nicolás Flores) los trabajadores del sindicato acompañan al joven del Frente de Todos. Anclados, siempre, en Juan Sánchez (La Casa del Trabajador).
Galli, cual mago, continúa con sus recorridas por absolutamente todos lados. Desde sombrillas, pasando por eventos de gobierno, actos partidarios, recorridas en el centro y otros puntos de la ciudad, la campaña de Juntos por el Cambio lo tiene como protagonista excluyente.
En este punto se repite el 2015: la campaña es Galli. Claro, con otro paradigma dado que es el Intendente y se debe encarar por otro lado, pero es la figura por excelencia. Aunque también hay que resaltar a otro dirigente, el propio Mario Cura.
La candidatura de Marinangeli (el tercero en la lista) le dio un poco de aire fresco y también “peronismo” al espacio, y los actos con mayor convocatoria los generó el joven curista. Con un dato no menor, uno de ellos fue en Sierra Chica, con buena participación de vecinos no sólo de allí, sino de otros pueblos del Partido.
Hay tranquilidad en el oficialismo: más allá de las preocupaciones propias de asegurar votos, convencer indecisos y seguir caminando la ciudad, los diversos acompañamientos y medidas de las últimas semanas le dieron un poco de aire pensando en lo que pueda pasar en la Primaria. El trabajo en las obras y la nacionalización de la elección (“no queremos volver al pasado”) fue el discurso que se profundizó como mínimo en la última semana.
Elegir el rival
Caso distinto el de Eseverri. Siempre en el plano del “resurgir” y casi que “corriendo de atrás” hay mucha confianza en el espacio no sólo de tener una buena performance en la PASO, sino de ganar las elecciones y volver a ser gobierno tras el periodo 2007-2015.
Tuvo un “aluvión de propuestas” siempre intentando polarizar con Galli y prácticamente desconociendo a Aguilera, Eseverri juntó su tropa en el salón del club Ferro y, en distinta medida de lo sucedido con el joven kirchnerista, hubo un marco de incentivo para encarar la última semana, quizás la más intensa y más cansadora de todas las elecciones.
De todos modos, hay un patrón común en los tres espacios: hay mucha confianza de ganar las PASO. Cual boxeador en la previa de una pelea, todos se ven ganadores, o con muchas chances de triunfar en las Primarias.
En esta confianza, la consulta diaria con dirigentes muestra una tendencia, no sólo en Olavarría, sino en Provincia y Nación: en las PASO puede pasar cualquier cosa. Todos confían (y mucho) en sus sondeos, pero sondeos que dan resultados distintos: de los tres más importantes, dos señalaron que el orden sería Galli/Aguilera/Eseverri, y otro que es Eseverri/Galli/Aguilera. Como podrán leer, el orden puede ser totalmente aleatorio. Obviamente, ya no es tiempo de sondeos, solo queda encarar la última semana de campaña.
Perder como estrategia
¿A alguien se le ocurriría perder la PASO para generar un empujón y ganar en octubre? Es una versión fuerte que circula en el gobierno provincial, que tiene antecedentes y que es una correcta interpretación de un posible resultado del domingo que viene.
La interpretación es esta: “ojo que podemos perder por 1, o 2 puntos y apostar a una épica para darlo vuelta en octubre, que es cuando los porotos valen”. La otra interpretación, claro, es que admiten casi que la derrota con Kicillof sería un hecho. Pero son solo eso, interpretaciones.
De todos modos, el orden de los factores será determinante para el producto de octubre. Si el precandidato del Frente de Todos gana, el empuje puede ratificar; desde el Vidalismo apostarían a la épica. Ahora, si pasa al contrario, todos coinciden que Vidal puede repetir y quedarse con la gobernación, otra vez.
Macri, en tanto, sigue apostando al Balotaje. Con menos dudas, probablemente Alberto Fernández se quede con la PASO, y ahí arrancará otra historia. Más dura, claro. Más difícil, y quizás con mayor atención. El domingo que viene, arranca el primer capítulo de esta historia.
(Y el domingo que viene, vayan a votar).