Diferencias entre las vacías canchas del fútbol masculino y las repletas tribunas en el fútbol femenino a pesar de que las dos Finales del Torneo Apertura contaron con miles de espectadores en el estadio central del Parque Olavarría.
Canchas llenas se replicaron en las dos definiciones llevadas a cabo en el Buglione Martinese, pero la postal de gente en las tribunas sólo se sostuvo durante toda la temporada en la categoría femenina.
La primera final fue la del fútbol masculino donde Racing derrotó a Ferro el pasado 9 de julio en un estadio repleto y se consagró campeón, pero antes de eso se jugaron innumerables cantidad de partidos donde alcanzaban los dedos de las manos para contar a los presentes, ¿Por qué el público no acompañó a lo largo del torneo?
La ausencia de una competencia real, con equipos de renombre -a pesar del esfuerzo de clubes como Ferro y Racing-, horarios inhóspitos, superposiciones de partidos, el costo de los operativos policiales y muchos otros factores “ayudaron” a la escasa presencia de hinchas a lo largo del torneo que generó pérdidas económicas muy grandes a las entidades.
Bienvenido sea el marco que se dio en la Final de los Play-Off donde hubo hinchas locales y visitantes, amantes del fútbol y un grato momento familiar… pero esas situaciones debieran repetirse cada fin de semana.
Caso totalmente contrario se da cada domingo en el fútbol femenino. Si bien el Buglione Martinese volvió a mostrar tribunas llenas, con familias, amigos y amigas y público en general el pasado domingo en la consagración del CEF Nº44, la situación es una réplica de cada domingo en todas las canchas.
Un dato peculiar es que la actividad comienza bien temprano cada fecha, pero igualmente cientos de personas se acercan a disfrutar de la jornada. ¿Será tal vez la cantidad de partidos en el mismo escenario lo que acerca a la familia?
Un mismo escenario para ocho partidos es lo habitual en el fútbol femenino olavarriense, una única entrada y la posibilidad de disfrutar de una extensa jornada que termina cobrando más protagonismo que el fútbol masculino.
En el imaginario de los por qué deberán incluirse la existencia del servicio de cantina, la posibilidad de ver variedad de partidos y categorías -en Olavarría existen dos- y la participación de Sociedades de Fomentos, CEFs y clubes todos con un mismo objetivo, generan que cada domingo las canchas se llenen de familias.
Hijos e hijas, novios y novias, esposos y esposas se preparan cada fecha para acompañar a las deportistas que con gran esfuerzo se presentan a cumplir en los certámenes de la Liga de Fútbol de Olavarría y que comienza a ser valorado.
La conformación de las Selecciones de la LFO en primera medida y la posibilidad de que los grandes clubes como Ferro y Racing cedan sus estadios centrales terminan siendo otro “plus” para que las mujeres sigan ganándose un espacio, un espacio que está bastante vacío en la rama masculina.
¿Será solo una realidad deportiva, o la muestra de que las mujeres vienen rompiendo prejuicios, imposiciones y límites? Una demostración de que las mujeres tejen lazos de solidaridad y trabajo en equipo: adentro y afuera de la cancha.