Un importante y marcado avance en la búsqueda la transparencia en la designación de funcionarios judiciales se puso en marcha a través del ingreso en vigencia de la Ley 15058, que fuera aprobada a fines del año pasado.
El senador por Cambiemos de la Séptima Sección Electoral, Dalton Jáuregui, quien formó parte del debate de la normativa, celebró la medida y narró que todo se dio tras un “arduo debate” acerca de la modificación del reglamento interno del Consejo de la Magistratura, una de los tantos cambios que ahora están en vigor.
Sin dudas, lo más trascendente es la creación de la orden de mérito al momento de conformar la terna de aspirantes a cargos en el Poder Judicial. Los letrados, tal cual venía sucediendo, deberán atravesar diferentes instancias, pero ahora la novedad está dada en que cada una de ellas tendrá el mismo puntaje y serán de carácter eliminatorio.
Se trata de los exámenes orales y escritos, la evaluación psicológica y psíquica, además de una entrevista ante el Consejo de la Magistratura. Todo ello otorgará un puntaje que ahora se verá complementado por los antecedentes profesionales, académicos y aquellos vinculados al cargo por el que se concursa. Inclusive, lo cual también representa otra novedad, se suma el ítem de carácter obligatorio de haber cursado en la Escuela Judicial.
Esos puntajes e instancias permitirán ordenar a los aspirantes de acuerdo esta flamante orden de merito, que permitirá el acceso a la terna definitiva a los 7 mejores. Antes se equiparaba a todos los aprobados y desde allí se daba lugar a una suerte de filtro que era sujeto de múltiples suspicacias -en su mayoría sospechas de índole político- y que no aseguraba la designación de los mejores postulantes.
Pasamos de un intento de democratizar la justicia a despolitizarla, es un gran avance
Luego, todo seguirá tal cual ocurre hoy. En otras palabras, la terna pasa a manos del Ejecutivo y la designación se concreta tras el aval en la comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos y su posterior votación favorable en el recinto del Senado.
Por último, pero no menos importante, también se instruye como modificación la realización de concursos sin tener que esperar que surjan vacantes. Se da inicio a los procesos selectivos y aquellos que aprobaron estarán en condiciones de asumir cuando surjan las mismas, buscando responder a una de las principales problemáticas de la actualidad y que puede palparse en nuestra ciudad.