La vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, fue una de las oradoras en el acto de cierre por la asunción de Alberto Fernández como presidente.
En un discurso orientado a los manifestantes presentes pero además, al mismo Fernández, la ex mandataria nacional le dijo a Fernández que “ha iniciado su gobierno con muy buenos augurios después del mensaje que le dio a su pueblo en la Asamblea Legislativa. Confié en ellos. Lo único que piden es que los defiendan y los representen”.
Le señaló que de aquí en más “tendrá una tarea muy dura” dado que tras cuatro años de gobierno de Mauricio Macri “le dejaron un país devastado, tierra arrasada”.
“Tenga fe en el pueblo y en la historia. La historia la terminan escribiendo, más tarde o más temprano, los pueblos. Sepa que este pueblo maravillo nunca abandona a los que se juegan por él. Convóquelo cada vez que se sienta solo o que sienta que los necesita. Ellos siempre van a estar cuando los llamen por causas justas”.
Además, también recordó su despedida del gobierno, un 9 de diciembre de 2015: “Aquella noche les dije que no era magia lo que habíamos vivido. Era un Argentina solidaria donde nos importaba lo que le pasaba al de al lado”.
“Sé que estos 4 años han sido muy duros. Trabajo, salario, pobreza, el hambre que tanto preocupa a nuestro Presidente y que debería desvelar a todos los argentinos bien nacidos” agregó.
En uno de los pasajes donde habló de la unidad del peronismo, Fernández de Kirchner resaltó que “los pueblos no son tontos. Conciben la lealtad con los dirigentes que sienten que los representa y los defiende. Esa voluntad, esa humildad y ese coraje tienen que tener un objetivo: el amor. Al que siempre nos ha movido. Por lo menos a nosotros en esta plaza. Mucho amor”.