Tras la realización de un juicio abreviado desarrollado en Tribunales de Azul, una mujer, llamada Julia Paula Anselma Andrade, fue condenada a 9 años de prisión por el crimen de una anciana en la vecina localidad de 16 de Julio que data de agosto de 2014.
Según informó el diario El Tiempo de Azul, la condena es por “homicidio simple” y Andrade ya cumplía prisión domiciliaria por el hecho que derivó en esta condena en primera instancia. Esa morigeración a la prisión preventiva que le fuera dictada por el asesinato se la había otorgado el Juez de Garantías que intervino en este expediente judicial, cuando todavía ese sumario no había sido elevado a juicio.
La víctima, Blanca Elvira Acosta, tenía 82 años al momento del hecho, y según testigos que refirieron en la instrucción de la causa penal que tuvo como titular a la fiscal Laura Margaretic, Andrade era la empleada doméstica.
Según quedó probado, Andrade la mató mediante la utilización “de manera impropia” de un revólver calibre 38 que era de su propiedad. “Tomándolo del cañón, golpeó a la víctima con la empuñadura en el rostro, cabeza y pecho”, escribió el juez del TOC 2 Carlos Pagliere (h) sobre la modalidad que tuvo el hecho.
Andrade le fracturó a golpes a la anciana huesos de su rostro y de su cabeza. También, varias costillas y el esternón. Esas lesiones derivaron en que la mujer muriera “por paro cardio-respiratorio traumático por falla neurológica aguda producto de los traumatismos encéfalo-craneanos graves sufridos”.
En primera instancia, se creía que la anciana se había caído o se había suicidado, pero tras las tareas de autopsias y peritajes determinaron que sufrió una “muerte traumática” que derivó en la detención de su empleada doméstica. El arma de fuego se encontró durante el allanamiento que se hizo en la casa de 16 de Julio donde vivía la azuleña que fue condenada.
Tras obtener material genético en el arma, se constató que “resulta compatible con el perfil genético de la imputada, Julia Paula Anselma Andrade”.
“El indicio de motivación surge de los testimonios recepcionados a vecinos y allegados de la víctima”, agregó también el magistrado. Esas versiones indicaban que había un problema previo entre la anciana y Andrade, relacionado con “la supuesta sustracción por parte de la segunda de cosas pertenecientes a la occisa, mientras esta se desempeñaba como su empleada doméstica”.