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El domingo por la noche el Festival Internacional de Cortos Olavarría 2009 cerró con resultados que superaron las expectativas en cuanto a la calidad de producciones y proyecciones, amplitud de convocatoria y nivel de organización.
“Un juego absurdoâ€, producción argentina de Gastón Rothschild fue el ganador del premio mayor (cinco mil pesos). El premio al mejor corto nacional fue para “El empleoâ€, animación dirigida por Santiago Bou Grasso (Bariloche).
El Premio Especial Municipalidad de Olavarría para la realización y difundir el proyecto “Olavarría, set de filmación†fue para “Cómo sacarse las medias con el dedo gordo del pieâ€, de Alejandro Gallo Bermúdez. El premio consiste en una financiación de cuatro mil pesos destinados a financiar un rodaje en el distrito de Olavarría, jornadas de cámara y edición otorgadas por la productora “Conejo Negro 2Kâ€.
En la Competencia Local “La Jaulaâ€, una producción colectiva cuya dirección estuvo a cargo de Germán Irazábal, recibió el Premio SICA (Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina) que consiste en una beca de capacitación.
Los premios especiales fueron para “Yo, Nataliaâ€, en la categoría documental, de Guillermina Pico, (La Pampa); “Cabaret Kadne†en animación, de los catalanes Marc Riba y Anna Solanas (la única producción extranjera premiada); y End, en ficción, de Diego Marcone.
Sin duda, la propuesta logró en su primera edición “autónoma†un lugar propio. No sólo en el calendario cultural de Olavarría, sino también entre los festivales que promueven el cine independiente y el cortometraje como el inicio de las grandes búsquedas en el campo audiovisual.
En dos categorías, una competitiva y otra que apuntaba sólo a la difusión, se presentaron más de 60 cortos realizados en el país y el exterior, hubo charlas y conferencias, espacio para lo mejor de los artistas locales; una suma de actores culturales que se enriquecieron con la propuesta al formar parte de un espacio de intercambio y encuentro.
El Fico tuvo un jurado de primer nivel; que supo valorar el aporte de los diferentes sectores encontrados en el festival: el esfuerzo del grupo organizador, el apoyo de las autoridades municipales, el logro de una amplia convocatoria.
En este sentido, Eduardo Calcagno, presidente del jurado “quiero agradecerles a todos y renovarles mi permanente confianza, aclarar que en un festival de cine no ganar un premio no significa perder algo. Los cineastas nos exponemos a todo. Y exponerse, se gane o no, es un rasgo de audacia que nos fortaleceâ€.
Calcagno felicitó a los realizadores que participaron del festival “por la calidad y entrega de sus obras†y destacó “las búsquedas, intensidades, misterios, pudores, destrezas y poesía†de los cortometrajes presentados en competencia.
El mensaje central fue para los jóvenes cineastas que están gestando una transformación del cine argentino: “cada film es parte de nosotros, quedamos al desnudo, pero es una elección de vida, asumámoslo y seamos felices. Hacer cine es una gloria por encima de todo, hacer cine es un sacerdocioâ€, dijo el director.
En cuanto a las producciones, Gustavo Garzón expresó que “me llamó la atención del tratamiento sonoro y el tratamiento visual, me parece que hay una evolución, hay un nuevo cine argentino con una nueva propuesta estética, diferente a nuestro cine y que viene a superarnos, como tiene que ser. Son jóvenes que con su libertad están produciendo estas imágenes, estos sonidos y estas historiasâ€.
“Este año encontré una maduración narrativa, que faltaba en otros años donde veía muchos cortos enfocados en la forma y no tanto en lo que contaban, me encontré con producciones que planteaban una misma solidez con el planteo estéticoâ€, analizó el actor.
Por otra parte Ratto destacó la convocatoria lograda por el festival: “vi la sala repleta de gente, esto habla de una fortaleza del festival que hay que sostener, los festivales no solo se nutren de las películas, se nutren del espectador, no hay cine sin espectadorâ€, marcó.