En las últimas horas, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) informó que la economía argentina creció 0,5% en septiembre respecto de agosto, y encadenó su tercera mejora consecutiva. De esta manera, el Gobierno de Javier Milei esquivó que la Argentina ingrese en recesión, y logró que el promedio del tercer trimestre superara en igual proporción al del período abril-junio.
Es preciso mencionar que, el organismo detalló que el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) también registró ajustes al alza en siete de los últimos ocho datos difundidos por el INDEC, lo que marca un quiebre en los datos previos que marcaban solo caídas en la economía del país.
Según el reporte oficial del EMAE, la revisión de las cifras de junio, julio y agosto elevó el nivel de la serie desestacionalizada al punto más alto desde 2022, lo que permitió contradecir las estimaciones negativas que habían anticipado la mayoría de las consultoras privadas. En el análisis interanual, la actividad económica mostró un crecimiento del 5%, impulsado principalmente por la intermediación financiera, que registró un salto del 39,7%.
A este desempeño se sumaron incrementos en actividades inmobiliarias (5%), petróleo y minería (8%), comercio (2,2%) y pesca (58,2%), mientras que la industria manufacturera cayó 1% y la administración pública retrocedió 0,7%. Por su parte, la construcción anotó un avance del 4,3% interanual y el agro creció 0,8%, aunque sin recuperar plenamente el dinamismo de períodos previos.
Cabe destacar que, los datos del INDEC contrastaron con las proyecciones privadas que habían anticipado un escenario recesivo. Es que, consultoras como Orlando Ferreres & Asociados estimaban una contracción de 0,8% en septiembre y una caída trimestral de 0,3%, lo que implicaba una recesión técnica, mientras que Equilibra había calculado un retroceso mensual del 1% y una baja acumulada del 0,7% en el trimestre.
En tanto, otras mediciones como las de Analytica y la Universidad Torcuato Di Tella, también habían reportado señales de enfriamiento, mientras que el Banco Provincia había registrado en su indicador PulsoPBA una merma mensual de 0,2% para septiembre, aunque con una proyección de repunte del 0,3% para octubre. Según explicó la entidad, el arrastre estadístico para fin de año quedaría en 2,8% si la actividad se mantiene en los niveles de ese mes.
En este contexto, las consultoras mantienen un diagnóstico más moderado de cara a los próximos meses: LCG advirtió que la recuperación continúa “incierta”, porque depende de factores económicos, sociales y políticos que aún no muestran señales claras de estabilidad, aunque destacó que la calma poselectoral y el recorte de tasas pueden impulsar el crédito, y señaló que la irregularidad en la cartera de consumo limita cualquier repunte significativo.
En materia de inversión, LCG sostuvo que será clave el paso efectivo de proyectos hacia su ejecución, aunque persisten dudas sobre el esquema cambiario que podrían postergar decisiones. Al mismo tiempo, tampoco se espera un impulso fiscal, dado que el compromiso del Gobierno con el superávit limita la posibilidad de utilizar el gasto público como motor de actividad.
Finalmente, la consultora proyectó que el aporte del sector externo será menor que en 2024, con exportaciones creciendo en el margen y un escenario de importaciones más liberadas. Con este panorama, estimó un aumento del PBI cercano al 4% para el cierre de 2025 y una “recuperación tibia” a lo largo de 2026.