Le clavó un cuchillo en el cuello a su mamá de 91 años, la mató y le robó sus ahorros: brutal homicidio en San Isidro | Infoeme
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Le clavó un cuchillo en el cuello a su mamá de 91 años, la mató y le robó sus ahorros: brutal homicidio en San Isidro

Aldo Di Paolo fue detenido por el crimen de su madre. "Dijo 'mi mamá está muerta', otro hubiera empezado a los gritos", contó una vecina de la jubilada.

El hijo de una jubilada de 91 años hallada asesinada en su casa con un cuchillo clavado en el cuello fue detenido acusado de ser el autor del brutal crimen. En la vivienda del agresor secuestraron dólares y pesos que le robó a su madre.

Se trata de Aldo Di Paolo (65), quien había sido la persona que supuestamente había descubierto el crimen, llamado a la Policía y denunciando el faltante de una serie de alhajas y del celular de su madre, María Cristina De Vincenti (91). 

Uno de los elementos que complicó a Di Paolo fue que los detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) que trabajaron el caso establecieron que entre el sábado y el lunes pasado la única persona que había entrado al domicilio de De Vincenti había sido su hijo, que vive a la vuelta, en la misma manzana que su madre, a unos 150 metros de la escena del crimen.

Incluso, se estableció que el lunes por la tarde, cuando Di Paolo se retiró de la casa de su madre, lo hizo con una bolsa similar a la que anoche se secuestró en el allanamiento y que contenía dinero.

El hecho ocurrió en San Isidro y generó conmoción entre los vecinos. "Hay una cámara en la cuadra que grabó todo. Se lo ve entrar al hijo el lunes alrededor de las 18, se queda aproximadamente media hora y sale, en cuero, y con la bolsita rumbo a su casa", dijo una fuente judicial ligada al expediente.

El presunto matricida, que según voceros policiales se dedica a instalar redes de cañerías antiincendios y matafuegos, había dicho que el domingo había sido el último día en que pasó a visitarla.

A su vez, la data de muerte estimada reveló que la jubilada fue asesina entre 48 y 72 horas antes a la autopsia realizada ayer, lo que ubica el asesinato como cometido entre el lunes -cuando Di Paolo quedó filmado-, y el martes.

Las fuentes indicaron que esa cámara clave además "graba en forma interrumpida" y se constató que desde ese lunes la única persona que volvió a ingresar a la casa de la anciana fue su hijo, el miércoles pasado, cuando llamó al 911 para avisar que había encontrado a su madre asesinada.

En el allanamiento realizado en el domicilio del ahora imputado por matricidio, en la calle Herrera al 886 de Las Lomas, la Policía secuestró 3.000 dólares, 900.000 pesos, dos tablets, una notebook, dos teléfonos celulares y un almohadón con aparentes manchas de sangre.

Fuentes judiciales indicaron que ante estos elementos y una serie de contradicciones que se detectaron en su relato, la fiscal de la causa, Carolina Asprella, dispuso la aprehensión de Di Paolo como sospechoso de "homicidio agravado por el vínculo", un delito que prevé como única pena la prisión perpetua.

Los vecinos que entraron a la escena del crimen de la jubilada contaron que el hijo de la víctima pasó por su casa para decirles con tranquilidad que su mamá estaba muerta, y se mostraron "sorprendidos" por su detención.

"Mucho no se sorprendió cuando nos dijo que la madre estaba muerta. Otra persona hubiera empezado a los gritos", dijo Fernanda, una vecina de la misma cuadra de la escena del crimen, cuando relató el momento en el que el ahora imputado Aldo Di Paolo les avisó lo que había sucedido.

"Él pasa y la ve a mi cuñada que estaba cenando y le dice: 'está muerta', ¿quién Aldo está muerta?, (y respondió) 'mi mama'", relató la mujer, quien agregó que cuando le preguntaron si tuvo un infarto, él contestó: "No, no, la mataron".

"Entraron. Mi cuñada la vio (a la anciana) llena de sangre y la tapó con una sábana por pudor en la posición que estaba y ahí vino la policía", comentó.

La vecina explicó que en un momento vio que Di Paolo "entraba a la escena y los policías lo sacaban" y que cuando volvía a ingresar, lo sacaban y le decían que esperara afuera.

"Le hacían las mismas preguntas y siempre contestaba lo mismo", señaló Fernanda, quien aclaró que en los años que viven en la cuadra "nunca" observaron una situación de violencia entre madre e hijo.

Su marido, Héctor, quien fue testigo del procedimiento el día del hallazgo del cuerpo de María Cristina De Vincenti (91), y quien dijo conocer "de toda la vida" tanto a la víctima como a su hijo ahora detenido, comentó: "De su relación, nada que sospechar. Nos cuesta creer, todo puede ser, pero estamos más que sorprendidos".

"Estuve en el lugar porque nosotros fuimos los primeros a los que nos dijo 'mi mamá está muerta' y fuimos a estar con él a acompañarlo hasta que venga la policía", recordó.

El hombre contó que Aldo "estaba nervioso, llamando a la policía" y que cuando entró a la escena del crimen vio que uno de los ambientes "estaba revuelto y había como unas joyas tiradas en la cama".

"Doña María estaba tirada en el piso, en una cocina, atrás", agregó.

Héctor contó que todos los vecinos conocían a "la Tana María", porque durante muchos años, en el frente de la vivienda, solía tener "el almacén del barrio".

El vecino explicó que la mujer solía salir en su silla de ruedas al porche de su casa "para charlar con los vecinos y un poco para refrescarse".

"Cuando pasó esto pensamos que la había enganchado uno, con la silla de ruedas y la puerta abierta", señaló.

Consultado sobre cómo lo vio reaccionar al ahora detenido, Héctor respondió: "Llorar a los gritos no, no lo vi llorar".

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