La investigación por el crimen de Agustina Fernández, la joven estudiante de Medicina de 19 años que murió tras ser atacada a golpes durante un asalto el sábado pasado Cipolletti, no muestra avances y por ahora no hay detenidos.
La noche del homicidio la estudiante de medicina se encontraba en la casa de un vecino y amigo, Pablo Parra. Habían acordado cenar juntos y el hombre salió a hacer unas compras. En ese momento, los delincuentes entraron al lugar, la golpearon salvajemente y escaparon con los celulares de ambos y cerca de mil dólares.
Parra contó que conocía a Agustina desde marzo y que la noche del sábado habían organizado para cenar juntos. Cerca de las 19, se la encontró en el portón del edificio con otro vecino y le ofreció pasar a su vivienda. “Le dije que entrara, que yo iba a comprar una cosas y volvía enseguida”, recordó en diálogo con la radio LU19.
“Entonces, ella fue a su departamento, bajó a los cinco minutos y se quedó sola en mi departamento. Y yo me fui enseguida”, agregó.
Parra dijo que fue a lo de su padre a devolver una parrilla, luego pasó por una heladería y, antes de regresar, también compró unas cervezas en una despensa a la vuelta de su casa. “Desde que me fui hasta que volví habré tardado una hora”, señaló.
“Cuando ingreso a mi domicilio, noto la luz apagada del departamento y me encuentro con Agustina que estaba tirada en el piso. Estaba como temblando, convulsionando. Prendí la luz de la habitación, que estaba toda revuelta, y también noto que había un tendedero tirado en un patio interno”, describió.
“Fui al patio que tengo cercado con alambre de púas y noto que el perimetral estaba tirado del otro lado. Hay una parrilla que da a un baldío en donde hay una casa que está en construcción. Me subí y vi que había una escalera parada para el ingreso al patio”, apuntó.
“Me robaron efectivo y después un bolso deportivo y algo de ropa. Se llevaron mil dólares, un rosario de plata grande y después ropa y los celulares”, enumeró.
El amigo de la víctima dijo que “al inquilino anterior le entraron dos o tres veces a robar” y que desconoce si lo “anduvieron marcando”. “Por ahí me vieron salir en mi auto o me vieron andando con la camioneta de mi empresa”, indicó.
“Intenté hablar con los padres de Agustina. Fui al hospital con mis viejos y ellos me dijeron que no era el momento para hablar”, contó.
“Vi que me escracharon por las redes sociales grupos feministas y la información al principio estaba mal. Nadie sabe cómo realmente fue”, finalizó.