Hace poco menos de dos semana que Lucrecia se encontró con ella: la escuchó ladrar en el arroyo, a unos 50 metros de la avenida Trabajadores, y al ver que no podía salir por sí sola se tuvo que meter al agua para sacarla.
“Me di cuenta que ladraba porque no podía salir, por eso tuve que meterme y sacarla. Temblaba como una hoja, se ve que llevaba tiempo en el agua y estaba agotada”, contó Lucrecia a Infoeme, que desde ese momento -el sábado 2- decidió darle cobijo hasta encontrar o a sus dueños o, en caso de que no los tenga, una familia que esté dispuesta a hacerse cargo de ella.
“Es viejita, debe tener como unos 10 años y está castrada, desde que la saqué del agua no paró de seguirme. Necesito encontrar a sus dueños o adoptantes responsables, ya que no puedo quedármela por falta de espacio”, agregó Lucrecia, quien afirmó que la perrita en cuestión “es muy buena y se lleva bien con perros”.
“No quisiera que vuelva a la calle por eso quiero buscarle un hogar”, lamentó la rescatista.
Cualquier interesado o interesada puede comunicarse con el número es 2284-472126.