Otro preocupante hecho pone los ojos en la inseguridad que atraviesan las zonas rurales. Esta vez, robo y vandalismo en la Escuela Rural N° 61 Roque Sáenz, ubicada por el camino de “Los Chilenos” a la vera de la Ruta N°60. Los delincuentes se llevaron hasta la merienda de los chicos y la escuela debió suspender las clases este martes.
Florencia Cervino, directora de la institución, dialogó con Infoeme y expresó que alrededor de las 7 la auxiliar de la escuela le avisó que “habían entrado a robar”. Al llegar al lugar, a más de 30 kilómetros de Olavarría, la docente se encontró con que le habían roto “la puerta de la cocina y el ventiluz”, además sustrajeron “artículos del laboratorio móvil y mercadería de la merienda de los chicos”, detalló Cervino. También ingresaron al Salón de Usos Múltiples luego de “forzar y abrir un ventanal”.
Tras lo ocurrido la directora señaló que los hechos son “más que nada, destrozos” aunque resaltó que para ellos “es una perdida bastante importante”, debido a que es “muy elevado” el costo de los vidrios y de la puerta. El hecho, que aparentemente sucedió este lunes, preocupa a la comunidad ya que “la escuela está totalmente iluminada por estas situaciones porque en otras ocasiones han intentado ingresar a la institución”, afirmó la docente y agregó que tienen “reflectores por todos lados para que no pase esto pero, evidentemente es una época bastante complicada”.
Sobre la escena con la que se encontraron esta mañana, expresó que había varios rastros de sangre que indicarían que los ladrones “se han lastimado” al romper los vidrios. Cervino estimó que si hubieran logrado romper totalmente la puerta forzada se hubieran llevado “cosas más grandes”. Seguido de esto afirmó que cuando, ella junto a su otra compañera docente, salen desde Olavarría a la escuela notan en el camino “mucha presencia de camionetas de cazadores que andan con perros”.
Los daños provocaron que este martes se suspendan las clases y, a partir del miércoles, se van a retomar con el edificio dañado y los faltantes de vidrios “tapados con cartón”, hasta que el seguro de la institución –que paga la cooperadora- o el Consejo Escolar puedan cubrir los gastos para acomodar el edificio.